La Salve duplica pedidos de cebada maltera alavesa y compra lúpulo a Hopsteiner

La fábrica de La Salve recuperó la tradición cervecera vasca.

El fabricante de cerveza La Salve ha hecho del ‘Kilómetro 0’ su seña de identidad. La empresa vizcaína ha duplicado en tan solo dos años sus pedidos de cebada maltera -materia prima fundamental para su actividad junto al lúpulo y la levadura- a productores de Álava. De los 410.000 kilos de cebada 100% alavesa empleados en 2017, la Salve ha aumentado su demanda hasta los 950.000 kilos en 2019.
En cuanto al lúpulo, que hoy por hoy no se produce de manera comercial en Euskadi, la introducción de esta especie vegetal podría suponer una diversificación de cultivos muy positiva para el sector agrícola vasco. El lúpulo es un cultivo perenne que requiere de una alta inversión inicial, pero que también puede suponer una rentable fuente de ingresos.
Por ello, La Salve, en colaboración con el Gobierno vasco, Neiker y la asociación de productores vascos de cerveza Euskal Garagardo Elkartea (EGE), colabora en el proyecto ‘Lupulus’ para la recuperación de lúpulo local con una plantación experimental en Berantevilla (Álava).
“Por el momento, las cantidades no posibilitan una elaboración masiva de cerveza”, reconocen los responsables de La Salve, que tienen garantizado el suministro de esta materia prima por parte del grupo Hopsteiner con el que alcanzó un acuerdo en noviembre de 2019. El mismo está alineado con el compromiso de La Salve con el producto de ‘Kilómetro 0’ ya que todo el lúpulo que utiliza su fábrica de Bilbao, inaugurada hace dos años, tiene su origen en La Rioja, concretamente en una plantación ubicada en Cirueña.
De cara a la campaña navideña, La Salve, en cuyo accionariado participa con un 42% el grupo Mahou San Miguel, ha lanzado una iniciativa solidaria con el Banco de Alimentos.

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