El País vasco es la cuarta Comunidad autónoma más envejecida de España. Buscar el equilibrio intergeneracional será uno de los retos de la empresa en 2015.

Por quinto año consecutivo, la Fundación Adecco ha publicado el informe sobre Directivos y RSE, un estudio que ha dado voz a 150 directores de Responsabilidad Social Empresarial y de Recursos Humanos y que ha puesto de manifiesto la necesidad de generar una mayor convivencia intergeneracional entre los trabajadores mayores de 45 años y los menores de 30, a la vista de la profunda brecha que se está generando como consecuencia del envejecimiento de la población.
Concretamente en Euskadi, la tasa de envejecimiento se ha quintuplicado durante las últimas cuatro décadas y actualmente hay 140 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, por lo que una de las líneas de actuación más importantes de las empresas será la búsqueda del equilibrio entre la fuerza laboral mayor de 45 años, aprovechando todo su talento, y la menor de 30 “de la que depende, entre otros, la sostenibilidad del sistema de pensiones”, tal y como afirma el director general de Fundación Adecco, Francisco Mesonero.
La formación a empleados y la política de calidad y medioambiente serán otros de los aspectos a desarrollar a lo largo del próximo año 2015 en tanto que la I+D+i, la homologación de proveedores responsables o el fortalecimiento de las relaciones con la Administración Pública y tercer sector, serán algunas de las cuestiones que tendrán un menor desarrollo durante 2015.

Y es que el 61% de los directivos encuestados reconoce que la RSE aún no está integrada en los procesos de decisión de su empresa, mientras que un 39% destaca que constituye un aspecto clave a la hora de tomar determinaciones. La mayoría de los encuestados (58%) comenta que las políticas de RSE se mantendrán el año próximo en la línea de los años anteriores, mientras que un 30% destaca que se verán reforzadas, al ser un factor estratégico. Frente a éstos, un 12% comenta que la RSE se verá reducida debido a la crisis o a la falta de recursos.

Según Francisco Mesonero, “la RSE no es una varita mágica que obra milagros de la noche al día, pero es la herramienta más eficaz para sortear la crisis y conseguir efectos positivos en un medio-largo plazo”. Entre las medidas está el potenciar la conciliación, el trato justo a los empleados o la diversidad en la plantilla. “Y sus efectos positivos pueden ser muchos: la apertura hacia nuevos mercados con su consiguiente captación de clientes, la mejora de la relación con todos los grupos de interés o el incremento del orgullo de pertenencia”, destaca el presidente de Fundación Adecco.