La esteatohepatitis no-alcohólica (NASH, en inglés), es la forma más severa de la enfermedad del hígado graso no-alcohólico (NAFLD, en inglés), que se define histológicamente por la presencia de grasahepática (esteatosis) con inflamación y daño hepático. La NASH es una enfermedad progresiva que puede evolucionar a mayor daño hepático y durante las últimas décadas, su incidencia se ha multiplicado y en la actualidad es la más común de las enfermedades del hígado con una prevalencia en la población adulta de los países occidentales entre el 10-40%, y no hay una terapia farmacológica aprobada.

Mediante el análisis metabólico, el equipo liderado por el profesor José María Mato, del CIC bioGUNE y del CIBEREHD-Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas, en estrecha colaboración con los investigadores de la compañía vicaína OWL Metabolomics, han demostrado que cada uno de los subtipos de NASH tiene una ‘huella’ metabolómica diferente. Este estudio, realizado en 535 pacientes con NAFLD a los que se les ha determinado más de 400 lípidos distintos, ha sido publicado por la revista ‘Gastroenterology’. Este análisis metabolómico, que se realiza en una pequeña muestra de sangre, permite diagnosticar la presencia de NASH y, en el futuro, personalizar el tratamiento.