La transición hacia la movilidad cero emisiones afecta de lleno a la actividad de CAF, que recoge en su Plan Estratégico ser una compañía de cero emisiones netas en 2045. Descarbonización, movilidad autónoma y conectada y movilidad inteligente son los ejes en los que se está dando esta transición en la que la innovación desempeña un papel esencial. Tanto en el propio objetivo de reducción de emisiones como, sobre todo, en el de poder seguir siendo competitivos en el mercado frente a actores de mayor envergadura. 

CAF presentó a finales de 2022 su Plan Estratégico 2026. ¿Qué retos afronta y qué lugar ocupa la innovación en el mismo?
Ocupa un lugar muy relevante. Es uno de los cuatro ejes estratégicos junto con el foco comercial, la eficiencia operacional y la sostenibilidad. La importancia de la innovación en la estrategia de CAF ha sido una constante. Esto nos ha permitido desarrollar las tecnologías y productos para competir en un mercado con actores de mayor envergadura. Pero, además, la innovación contribuye de forma importante a los otros tres ejes estratégicos: dando soporte a nuevos productos innovadores dirigidos a los mercados estratégicos, desplegando nuevas tecnologías y herramientas que permitan aumentar la eficiencia de nuestros procesos operativos y desarrollando productos y tecnologías que contribuyan a la transición hacia la movilidad cero emisiones.

¿Qué porcentaje de la facturación dedica CAF a la innovación, a la I+D?
El valor que se suele manejar es del orden del 1,5% para la innovación de más largo plazo, que se eleva hasta un 3% cuando sumamos los desarrollos innovadores de medio plazo. A esto se debe añadir toda la actividad innovadora que se desarrolla en el marco de los proyectos comerciales, que se desarrollan en el corto/medio plazo, y que en el caso del sector ferroviario es especialmente relevante.

“La movilidad cero emisiones y la conducción autónoma y conectada son los dos ejes principales de nuestra estrategia de innovación”

CAF es una empresa directamente afectada por la nueva movilidad o la conducción autónoma. ¿Cómo integra la firma la innovación en esa transición que vivimos?
Desde hace años la movilidad se encuentra en un importante proceso de cambio. Además, la transición se está dando en varios ejes simultáneamente: la descarbonización, la movilidad autónoma y conectada y, muy relacionada con ésta, la movilidad inteligente. La transición hacia la movilidad cero emisiones y la conducción autónoma y conectada afectan directamente a nuestros productos y constituyen a día de hoy los dos ejes principales de nuestra estrategia de innovación. La movilidad inteligente supone una nueva apuesta para CAF dentro de su Plan Estratégico y aspira a incorporar soluciones que aporten valor a autoridades de transporte y operadores en esa transición hacia la movilidad futura. 

Se habla mucho de la conducción autónoma pero, ¿en CAF la ven tan cerca?
Existen vehículos de CAF circulando sin conductor desde hace años. Normalmente se trata de vehículos que operan en entornos de metro, donde el vehículo es una parte de un sistema de control centralizado que dirige el movimiento de los trenes. Es lo que conocemos como ‘sistemas automáticos’. Si bien no son vehículos que operen de forma autónoma, ya que requieren de ese sistema de control y comando centralizado, esta experiencia nos ha permitido enfrentarnos al desafío de tener vehículos sin conductor a bordo. Actualmente trabajamos en el reto de dotar al vehículo de la sensorización e inteligencia necesaria que le permita tomar ciertas decisiones por sí mismo. Si bien todavía se ve lejano un vehículo totalmente autónomo, como un tranvía circulando por una ciudad, se están logrando hitos relevantes como la conducción remota o la conducción autónoma en cocheras y talleres.

Su objetivo, según reza su Plan Estratégico, es ser una compañía de cero emisiones netas en 2045. ¿Cómo ayuda la innovación a este objetivo?
La innovación desempeña un papel fundamental en la reducción de emisiones de los vehículos que fabricamos, y por tanto, de la huella de carbono de la propia actividad industrial. Impacta positivamente en la eficiencia de nuestros procesos de producción y la de los productos que ofrecemos en el mercado. CAF se sitúa a la vanguardia al ofrecer a nuestros clientes opciones de vehículos libres de emisiones, como son los vehículos con propulsión basada en baterías o hidrógeno.
¿Cómo afecta la descarbonización a su sector?
El sector ferroviario es el modo de transporte colectivo con menores emisiones, ya que una gran parte de los trenes son eléctricos. En Europa, más de dos terceras partes de las líneas ferroviarias están electrificadas. Uno de los objetivos de la descarbonización de transporte en Europa es aumentar el porcentaje del transporte ferroviario frente al aéreo o el de carretera. En nuestro caso, el 81% de los trenes entregados durante 2023 son eléctricos o de baterías. En el sector de los autobuses urbanos también se está dando una rápida transición hacia la movilidad de cero emisiones, soluciones técnicas basadas en baterías e hidrógeno. En el caso de Solaris, el 73% de sus vehículos en cartera son de cero emisiones y el 16% son de bajas emisiones (híbridos). Otro aspecto muy a tener en cuenta es el de la eficiencia energética. La disminución del consumo energético se puede lograr mejorando la eficiencia de los propios vehículos y proporcionando funcionalidades de conducción y operación más eficientes. 

“Si bien aún se ve lejano un tranvía sin conductor en una ciudad, ya se da la conducción remota o autónoma en cocheras y talleres”

¿Cuáles son para CAF los ejes en innovación para hacer crecer sus negocios?
La estrategia de innovación de CAF se sustenta en cuatro ejes: la descarbonización, el vehículo autónomo y automático, la digitalización de nuestros productos y procesos y, por último, el desarrollo de nuestro portafolio de productos con el objetivo de hacerlos cada vez más competitivos. Cada uno tiene su hoja de ruta estratégica, que tiene en cuenta las necesidades de los clientes y la previsible evolución de la tecnología.

¿Qué tipo de soluciones de movilidad inteligente pueden mejorar su oferta? 
La movilidad inteligente es todavía un ámbito en el que se producirán muchos cambios. Como ejemplos de movilidad inteligente se pueden citar, entre otros, los sistemas de transporte multimodales que combinan diferentes medios de transporte, la predicción y el ajuste de los servicios y la capacidad de transporte a la demanda real o los sistemas de simulación y gestión del tráfico. También se suelen incluir sistemas de optimización de la operación y el mantenimiento de las flotas de vehículos, que ya son una realidad en muchos casos: sistemas de optimización del consumo de energía a nivel de flota, etc. El objetivo es ofrecer un servicio de transporte público más ajustado a las necesidades de los usuarios y hacerlo de forma más eficiente desde el punto de vista de su sostenibilidad.

Los requisitos en materia de ciberseguridad, en lo referente a validación de procesos, son cada vez más severos. ¿Cómo se han adaptado a esas nuevas exigencias y qué papel juega la innovación en las mismas?
En nuestro caso, hace algunos años se definió un plan director de seguridad, que incluía tanto la ciberseguridad interna como la de nuestros productos, en el que la innovación tiene un papel importante. Se ha establecido un Centro de Excelencia de ciberseguridad cuyo objetivo es seguir evolucionando de forma innovadora y asegurar la seguridad por diseño en nuestros productos y servicios. Además, desde el área de innovación, hemos sido participes, a través de grupos de trabajo, de la definición de algunos de los estándares o normativas que se están definiendo a nivel europeo, siendo conocedores de primera mano de dichos requisitos. 

LA MOCHILA

1. Una antena para captar y amplificar las necesidades que puedan tener nuestros clientes y la sociedad en un futuro.

2. Pasión para innovar. Una empresa que fomente la creatividad, la experimentación y la toma de riesgos proporciona un entorno propicio para la innovación.

3. Y recursos. A fin de cuentas, la innovación es una inversión. Esto implica asignar recursos financieros y humanos para la investigación, desarrollo y prueba de nuevas tecnologías, productos o servicios.