La apuesta europea por el gas natural

Europa sigue firme en su apuesta hacia la transición energética sin depender de las importaciones de combustible de Rusia. Para ello, además de continuar dando pasos en la implantación de las energías renovables pretende aumentar su capacidad para recibir gas natural licuado (GNL). En este sentido, España está muy bien posicionada, puesto que cuenta con seis de las 20 plantas regasificadoras que hay en Europa, una de ellas en el Puerto de Bilbao. De esta manera, el país es un punto estratégico para suministrar gas al continente, con un 30% de la capacidad de almacenamiento en Europa y un 25% de la capacidad de regasificación, según Enagás. 

Sin embargo, gran parte de este GNL llega de Rusia, un hecho que quiere evitarse tanto por parte del Gobierno español como de la Comisión Europea ante el conflicto y la crisis humanitaria en Ucrania. Recientemente, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica del Ejecutivo estatal, Teresa Ribera, apeló a las energéticas españolas a que diversifiquen las fuentes de suministro de GNL y prescindan del que viene de Rusia. 

Y es que Rusia fue el tercer suministrador de gas natural a España en enero y febrero con 11.837 GWh, un 172% de incremento en comparación con los adquiridos a este país en los dos primeros meses de 2022. Esto se debería a que hay compañías, como Naturgy, que tiene contratos de compraventa a largo plazo, que no se pueden romper. Otras empresas como Iberdrola, Cepsa o Axpo ya no adquieren GNL procedente de Rusia. 

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