En septiembre se cumplió un año del nacimiento de la Alianza Europea de Regiones de Semiconductores (ESRA) que en el primer semestre de 2024 creció hasta los 30 miembros de 13 países diferentes, entre los que se encuentra Euskadi. Teniendo en cuenta que la dependencia de los semiconductores, o ‘chip’, se ha vuelto crítica para la economía mundial, impulsar la industria de los ‘microchips’ en Europa fue el gran objetivo con el que en 2023 se creó esta alianza en que, además, se considera socia de la Comisión en la aplicación de la Ley Europea de Chips, que pretende hacer crecer hasta un 20% en 2030 la cuota de la Unión Europea en el mercado mundial.
Desde el clúster GAIA admiten que se trata de un objetivo ambicioso que requiere de cuatro vectores clave para su cumplimiento: inversión, cooperación entre países, innovación y tecnología y talento. A este respecto, la UE ha propuesto movilizar hasta 43.000 millones hasta 2030 para apoyar la industria de semiconductores. Además, los países deberán cooperar entre sí para atraer a los principales fabricantes, la innovación en procesos de fabricación será esencial para poder competir con los grandes productores (EE.UU. y Asia) e invertir en formación en áreas de ingeniería y tecnología será clave para poder generar un talento que escasea.