Tras un 2023 en el que alcanzó unos ingresos de 12.274 millones de euros y un incremento del beneficio de un 8%, 281 millones de euros netos, Gestamp encara un 2024 con perspectivas más modestas. La multinacional, especializada en el diseño, desarrollo y fabricación de componentes metálicos para la automoción, ha logrado sortear las complicaciones del mercado en el primer semestre de año -un “menor dinamismo del mercado en regiones claves para la compañía”, según recalcan-, llegando incluso a mejorar los ingresos, la rentabilidad y registrando una generación de caja positiva con respecto a anteriores resultados.
Para 2024, la compañía modula sus previsiones a la vista de que las previsiones respecto al crecimiento de la producción de vehículos se revisaron a la baja en junio. “El contexto de decrecimiento de volúmenes, unido a la volatilidad sobre la transición del vehículo eléctrico en determinados mercados y las presiones inflacionistas marcarán el resto del ejercicio”, según auguraron. “En este escenario de ralentización”, Gestamp perseguirá “mejorar la eficiencia, la flexibilidad en las operaciones para dar respuesta a la volatilidad del mercado y la excelente ejecución de la cartera de pedidos”, lo que “permitirá proteger la rentabilidad de la compañía mientras que se ejecuta una política selectiva de inversiones”, ahondaron.