Con 131 años de historia a sus espaldas, la compañía Vicrila inició en 2018 una nueva etapa bajo la gestión de nuevos propietarios y el reto de construir una empresa rentable, generadora de empleo y riqueza, donde la internacionalización ha seguido siendo objetivo prioritario. El primer destino fue Europa, “mercado natural para el tipo de producto y servicio que ofrecemos. Valoran ambos y están dispuestos a pagar por ellos”, afirma su director general, Fernando Bermejillo. “Los siguientes esfuerzos se han hecho en el mercado sudamericano y norteamericano. Los objetivos de crecimiento se llevan adelante mediante acuerdos a largo plazo con distribuidores implantados en cada uno de los mercados, distribuidores con un conocimiento profundo de su funcionamiento y los recursos adecuados para asegurar la presencia buscada”, explica Bermejillo. Competir con vasos y copas en el exterior no es tarea fácil. Frente los grandes fabricantes con presencia mundial, marca reconocida y los recursos necesarios para hacerse notar en todas las formas posibles, Vicrila tiene unas dimensiones mucho más pequeñas y menos recorrido comercial, “lo que nos ha obligado a centrarnos en los valores intangibles -innovación, proximidad, agilidad- más que en compañas de marketing, de suerte que el nombre de Vicrila y la ‘caja verde’, nuestro color distintivo, ocupan cada vez mayor espacio en los almacenes de los distribuidores”.
Ello es posible gracias a una estrategia que vende proximidad. “Desde comercial pasando por el desarrollo de productos, asistidos por producción y apoyados en las personas, es el funcionamiento de la cadena lo que nos hace diferentes. Ser ‘vicrilero’ es un motivo de orgullo y responsabilidad. No en vano Vicrila tiene 131 años de antigüedad, con la cuarta generación de más de un trabajador histórico en plantilla”, afirma su director general.
La compañía incrementó en 2019 su cifra de negocio, especialmente en China y en Corea del Sur, con una presencia consolidada en Europa, sobre todo en Reino Unido. Cerró además acuerdos comerciales en Maldivas, Emiratos Árabes Unidos e India y, si bien la pandemia frenó la velocidad de crucero que llevaban, mantuvieron el proceso de innovación en nuevos productos y el contacto y la presencia comercial de manera notable.
“Se trataba de convertir ese escenario de parálisis en la base de partida para lograr un mayor volumen de negocio después”. Así, han ampliado la red comercial que ya incluye países como Estados Unidos, México, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Caribe, Brasil, Grecia, Centroamérica, Chile, Argentina, Corea del Sur, Japón, Malasia, Puerto Rico, Nueva Zelanda, Ucrania o Rusia. En 2022 reforzarán el mercado europeo y el norteamericano, especialmente Estados Unidos y Canadá.