El sector ferroviario vive pendiente de la decisión que adopte Talgo como respuesta a la OPA presentada desde Hungría por Magyar Vagon. El grupo inversor centroeuropeo tiene el objetivo de adquirir el 100% de las acciones de Talgo. El principal escollo que el consorcio húngaro se ha encontrado en su camino ha sido que el Gobierno central se ha mostrado reticente a autorizar, en principio, la operación. El acuerdo definitivo no se ha terminado de alcanzar.
La incertidumbre dura desde que el pasado 7 de marzo, Talgo publicara que se disponía a analizar la OPA presentada por Magyar Vagon ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El Consejo de Administración de la compañía ferroviaria se comprometió a “preservar el empleo y la capacidad industrial en España”, “mantener la sede y la dirección de Talgo” en tierras españolas, “conservar la titularidad de Patentes Talgo, SLU sobre los derechos de propiedad intelectual y patentes” y, por último, “conseguir la mejor opción para todos los accionistas y otros grupos de interés”.
El Gobierno se ha resistido a que el traspaso de poderes se efectúe. Desde el órgano rector de la compañía húngara, no obstante, aseguran que los motivos de la compra, si se produjera, corresponden exclusivamente a una naturaleza industrial. Con todo, según las informaciones más recientes, la Comisión Nacional del mercado de valores (CNMV) ha admitido a trámite la oferta de Magyar Vagon para adquirir el 100% de Talgo, un histórico fabricante dentro del mundo ferroviario que tiene orígenes vascos y que cuenta con una planta en la localidad alavesa de Rivabellosa.