El quitosano, una alternativa sostenible para el envasado con plásticos

El quitosano, elaborado con cáscaras de crústaceos, es muy adecuado para la alimentación ya que reduce la carga microbiana.

Los envases y envoltorios elaborados con derivados del petróleo causan graves perjuicios al medio ambiente. Por tanto, la búsqueda de materiales alternativos a los plásticos derivados del petróleo es una prioridad medioambiental.
Se utilizan distintos productos y sustancias para fabricar dichos materiales: celulosa, patatas...; en este caso, quitosano. “El quitosano se elabora con las cáscaras de las gambas, langostinos y demás crustáceos. El medio ambiente se beneficia del aprovechamiento de los citados restos y, además, el producto resultante, el quitosano, es biodegradable”, señala Itsaso Leceta, investigadora de la UPV/EHU. “Por otra parte, el quitosano tiene propiedades antimicrobianas, por lo que resulta muy adecuado para la industria alimentaria, ya que reduce la carga microbiana de —en este caso— las zanahorias. Por eso, estas han conservado mejor sus propiedades”, añade la investigadora, que ha utilizado el quitosano como sustituto de derivados del petróleo.

Es biodegradable y respetuoso con
el medio ambiente, aunque su

uso industrial es aún lejano

Aunque los resultados de las pruebas de laboratorio han sido satisfactorios, el uso industrial masivo del quitosano para el envasado de alimentos es un objetivo lejano. “Hay que seguir investigando. Al igual que sucede con las energías renovables, es mejor disponer de varias opciones —hacer un ‘mix’—, que tener solo una. En cualquier caso, su valoración es positiva: “Si tomamos en cuenta el ciclo de vida completo, en numerosas categorías ambientales es mejor nuestro material que el que se fabrica con derivados del petróleo”.

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