Sin ánimo de sustituir ni a los empresarios, ni a los mercados ni a las instituciones financieras, desde las administraciones vascas, en todos los niveles, se viene desarrollando desde hace años una labor de acompañamiento en la financiación empresarial con el desarrollo de una serie de instrumentos orientados a paliar los déficits que pudieran existir en cada momento.
Así, además del Instituto Vasco de Finanzas, el Gobierno de Lakua ponía en marcha a partir de 2008, con el inicio de la crisis, una serie de herramientas adicionales como la sociedad de inversión Ekarpen; los fondos Basque y Lanpar; un nuevo fondo de garantías para el sector naval; convenios con las entidades financieras y las SGR avalando la puesta en marcha de nuevas líneas de financiación del circulante, de la exportación, para la reestructuración o para empresas tractoras, entre otros, con el objetivo de mejorar la competitividad.
En la actualidad, el Gobierno vasco está trabajando en nuevas herramientas de financiación para aquellos nichos donde las empresas encuentran mayores dificultades de desarrollo, esto es, la I+D+i, el emprendimiento, la eficiencia energética o la participación en la empresa.
Una de estas herramientas, anunciada hace unos meses por el propio lehendakari Urkullu es la constitución de un fondo de inversiones estratégicas, con una dotación importante, que será gestionado por el Instituto Vasco de Finanzas y para el que se quiere contar con la participación de la iniciativa privada, y de manera especial con las entidades de previsión social voluntaria de Euskadi, tal y como afirmó recientemente la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia. Será un fondo similar al Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas EFSI, creado por el presidente de la Comisión Europea, que podría ver la luz antes del próximo otoño.