El Gobierno vasco se prepara para hacer frente a una fuerte caída de los ingresos

Tratará de compensar el desplome de la recaudación por impuestos, estimado en el 18%, con un incremento “considerable” de la deuda pública y otros instrumentos financieros

Pedro Azpiazu, junto a al viceconsejero de Economía, Finanzas y Presupuestos, Alberto Alberdi.

La gravedad de la crisis económica han llevado al Gobierno vasco a revisar a la baja sus previsiones; ahora se estima una caída del PIB del 8,7% para este año, y un crecimiento del 6,7% para 2021. No obstante, el Ejecutivo asegura que Euskadi afronta esta situación “con los deberes hechos”, aunque el desplome de los ingresos habrá de ser amortiguado, entre otras medidas, con un aumento considerable de la deuda pública.

a situación que atraviesa Euskadi es “muy complicada”. Sin paños calientes, el consejero de Hacienda y Economía del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, hizo recientemente un diagnóstico del momento económico ocasionado por la gravedad y la intensidad de la crisis del Covid-19: se estima una caída del PIB del 8,7% este año, que provocará la bajada del empleo en un 7% lo que supondrá la pérdida de unos 68.000 puestos de trabajo, dejando la tasa de paro en el 13,7%.
No obstante, el repunte también será fuerte en 2021, con un crecimiento previsto del PIB del 6,7%, que hará crecer el empleo alrededor del 5,4%, lo que permitirá recuperar unos 48.000 puestos de trabajo. Así, la tasa de paro se situará al término del año que viene en el 12,2%.
En 2020, el motor económico de los últimos años, la demanda interna, será el que sufra el mayor impacto del coronavirus, por la paralización de las actividades no esenciales y las limitaciones al movimiento, de manera que el consumo y la inversión registrarán descensos muy significativos.
Impacto en las empresas
Por otro lado, las expectativas de las empresas caen como consecuencia de la incertidumbre generada por el coronavirus, las dificultades para retomar la actividad habitual, la ruptura de las cadenas de suministros y la cancelación de pedidos del exterior y del interior. Y las exportaciones y las importaciones descenderán notablemente.

Los servicios caerán un 9%; la industria, casi un 8%

y la construcción, un 5,4%, aunque en 2021

recuperarán gran parte de lo perdido

Por sectores, los servicios serán los más perjudicados por la pandemia y por las decisiones tomadas para conseguir su control. Se anticipa que este sector pierda un 9% de su valor añadido este año, y que recupere casi un 7% el próximo. La industria bajará un 7,8% en 2020, con una subida del 6,4% el próximo, y la construcción perderá un 5,4% de su actividad y recuperará gran parte en el año próximo.
El impacto que tendrá todo esto sobre la recaudación tributaria y los presupuestos aún no ha sido determinado y cuantificado. El Gobierno vasco trabaja con las diputaciones forales y con Eudel para hacerlo y para gestionar la caída prevista –se estima en un 18%– de una manera coordinada y eficaz. Recientemente, el lehendakari se ha reunido con los tres diputados generales, aunque no ha trascendido el contenido de este encuentro.
En su comparecencia, Pedro Azpiazu explicó que para afrontar la situación económica existe “un factor muy positivo, que es consecuencia del margen que brinda el proceso de consolidación fiscal llevado a cabo con éxito en los tres últimos años. Afrontamos esta pandemia con los deberes hechos”. Y añadió que Euskadi es “la comunidad autónoma menos endeudada de todo el Estado; tenemos superávit desde 2017”.

La demanda interna -que ha sido el motor

económico de los últimos años- será la que

sufra el mayor impacto del coronavirus

También dijo que existe la posibilidad de considerar el gasto sanitario derivado de la pandemia en el marco del Programa Operativo FEDER País Vasco, “lo que representa un ingreso efectivo de 90 millones de euros procedentes de los fondos estructurales”.
Endeudamiento
Pero reconoció Azpiazu que el desplome de los ingresos “habrá de ser amortiguado con otras fuentes de financiación más, como son la parte correspondiente a Euskadi del fondo extraordinario de 16.000 millones del Estado y, fundamentalmente, con un incremento considerable de la deuda pública vasca”. Ambas cuestiones han de ser acordadas en la próxima Comisión Mixta del Concierto Económico, que el pasado 11 de marzo las instituciones integrantes se comprometieron a celebrar en el primer semestre del año.
Junto a todo lo anterior, el consejero Azpiazu añadió que quedaría una vía de ajuste a través de los fondos provenientes del plan europeo ‘Next Generation EU’, “que maneja cifras importantes, y habrá de definirse su llegada a las comunidades autónomas”.

Sin “reducciones significativas”

Junto al consejero Azpiazu intervino el viceconsejero de Economía, Finanzas y Presupuestos, Alberto Alberdi, quien defendió una salida a esta crisis “diferente” a la de la última “gran recesión”. Según destacó Alberdi, hay “una conciencia muy clara en el mundo” de que hay un riesgo “muy grande de estancamiento” y las políticas deben ser “audaces para asegurar la reactivación”. En este sentido, señaló que hay “muestras de esa actitud” en el BCE, la UE y la propia Comisión Europea. Tras reclamar una aplicación “mucho más razonable” en los criterios de consolidación fiscal en los próximos años, el viceconsejero destacó en el caso de Euskadi la puesta en marcha del programa extraordinario Covid-19, con un gasto imputable, hasta la fecha, de 1.415 millones, de los que 1.025 son la línea financiera. Alberto Alberdi afirmó, asimismo, que el Gobierno no se plantea “reducciones significativas” en el Presupuesto de 2020, “más allá de algunas medidas que han estado reorientadas a hacer reasignaciones de créditos en los departamentos” para financiar iniciativas vinculadas a la respuesta a la pandemia. “Creemos firmemente que la economía, la sociedad, las personas y las empresas precisan todo este apoyo del sector público y que esta estrategia presupuestaria es la que mejor sirve al objetivo de estabilización”, añadió.

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