El Departamento de Economía y Hacienda del Gobierno vasco ha rebajado el crecimiento económico para este año al 1,9% (anterior 2,1%), mientras que para 2025 lo eleva al 2,1% (anterior 1,8%). En ambos ejercicios se prevé generar 18.000 empleos, con una tasa de paro media del 7% para 2024 y del 6,6% para 2025. Estas estimaciones incorporan los indicadores de coyuntura económica más recientes, entre los que destacan las cuentas económicas del cuarto trimestre de 2023 publicadas recientemente por Eustat.
El pasado año se caracterizó por las dificultades a las que tuvieron que hacer frente la industria vasca y la europea. Los precios de la energía, la subida de tipos de interés, los conflictos geopolíticos y el descenso del comercio internacional drenaron la actividad del sector. Pese a ello, los datos del cuarto trimestre confirmaron la resiliencia de la economía mundial, que cerró el año con una combinación de crecimiento e inflación mejor de lo previsto.
Pero la situación de la economía mundial no está sin embargo estabilizada. La prolongada debilidad del comercio internacional, la restrictiva política monetaria del BCE y la importante caída de la demanda de productos alemanes por parte de China han supuesto una fuerte desaceleración de la zona del euro. Las últimas previsiones de la Comisión Europea así lo confirman. Rebaja las perspectivas de crecimiento para 2024 del 1,2% anterior al 0,8%, pero auguran un resurgimiento en la segunda mitad de 2024, impulsado por la disminución de las presiones inflacionistas, el aumento previsto de los salarios reales y la solidez del mercado laboral, que estimulará el gasto de las familias.
De este modo, el crecimiento a nivel mundial para 2024 y 2025 muestra un perfil moderado. El FMI contempla un escenario más favorable para las economías china y estadounidense y menos positivas para Europa.

En ambos ejercicios se espera que se generen un total de 18.000 empleos, estimando la tasa de paro media del 7% para 2024 y del 6,6% para 2025

Bajo este panorama, la senda de la economía vasca en 2024 estará condicionada por el resultado del primer trimestre del año, sobre el cual existe algo más de incertidumbre de lo habitual. 
En cualquier caso, la evolución durante el año se prevé que sea ascendente, especialmente en la segunda mitad del año, en el que se espera una relajación de la política monetaria y, consecuentemente, tipos de interés más bajos y en tendencia descendente. Todo ello acompañado por una contención de la inflación y la esperada progresiva mejoría de la situación económica del entorno europeo.
Previsiones trimestrales
Así, la demanda interior de la economía vasca se situaría en el global del año en el 2,1%, dato que se repetiría en 2025 aunque ese año ya con una aportación neutra del saldo exterior, debido a la mejora paulatina de las exportaciones. En este ámbito, la principal incertidumbre está ligada al contexto económico de algunos socios comerciales como Alemania. No obstante, la información coyuntural conocida hasta el momento de los precios industriales invita a pensar que jugará a favor del sector exportador vasco este año.

2% ES LA PREVISIÓN DE CRECIMIENTO PARA EL SECTOR SERVICIOS

Además, la dinámica del sector servicios continúa tirando del crecimiento de la economía vasca. Tras registrar un crecimiento del 2,4% en 2023, se espera que el incremento de su actividad siga elevándose a un ritmo anual superior al 2% los años posteriores.
Por su parte, la evolución del sector de la construcción ha sido notable teniendo en cuenta el contexto de tipos de interés, aunque la previsión es que acabe viéndose afectado por ellos y el crecimiento se reduzca hasta el 1,4% en 2024 y repunte ligeramente hasta el 1,9% en 2025 debido a un Euribor a la baja. 
En cuanto al sector industrial, incrementó apenas un 0,3% su producción en 2023 y, se estima que en los años siguientes las tasas de crecimiento serán mayores, 0,9% en 2024 y 1,8% en 2025.