El Fondo Covid-19 del Gobierno vasco supera ya los 1.550 millones de euros

El Ejecutivo estima que el impacto en la recaudación podría ser de 3.000 millones

El consejero Pedro Azpiazu, durante una de las entrevistas realizadas recientemente.

Todos los esfuerzos parecen pocos para hacer frente a las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del coronavirus. El Gobierno vasco refuerza las medidas de su Plan de Choque, mientras se prepara para encajar una merma considerable de los ingresos fiscales –estimada en unos 3.000 millones de euros– y un no menos importante endeudamiento.

A finales de marzo, el Gobierno vasco puso en marcha un Plan de Choque para afrontar la crisis económica y social derivada de la pandemia del Covid-19. Se aprobó un primer fondo urgente de 1.025 millones de euros para ayudar a las empresas vascas, sobre todo a las más pequeñas. El fondo se incrementó posteriormente en 30 millones, en ayudas directas a las personas autónomas y micropymes. Y más tarde se incrementó en otros 500 millones la línea de financiación de circulante para las empresas. De esta manera, el Fondo Covid-19 contempla iniciativas valoradas, en conjunto, en 1.555 millones de euros.
También se ha puesto en marcha un nuevo programa urgente y de carácter exclusivamente industrial con el objetivo de reforzar el motor de la economía vasca y arrancar una nueva fase de reindustrialización. Se trata de Bideratu Covid-19, con 20 millones de euros, destinado a la reestructuración y relanzamiento de empresas en crisis como consecuencia de la pandemia.
Todo parece ser poco para hacer frente a las consecuencias socioeconómicas del coronavirus, que serán de “entidad enorme y desconocida por el momento”. El primer impacto ya se ha hecho ver en el Avance de las Cuentas Trimestrales que elabora Eustat, según el cual el PIB y el empleo cayeron entre enero y marzo un 3% en Euskadi, en comparación con el primer trimestre de 2019.

La vía más importante para

afrontar la situación será

la del endeudamiento

Además, la PRA y la EPA, las encuestas que elaboran periódicamente sobre el mercado laboral el Eustat y el INE, respectivamente, apuntan que en el primer trimestre se han perdido unas 3.500 personas ocupadas, que hay más de 104.000 desempleados y que la tasa de paro está otra vez en torno al 10%. Y no se cuentan las más de 182.000 personas afectadas por los más de 26.000 ERTE registrados.
Revisión
El Ejecutivo, que había estimado para todo el año una bajada del PIB del 3,6% y del empleo del 1,7%, deberá reconsiderar sus previsiones, ya que “se van a ver ampliamente superadas” debido al alargamiento del confinamiento, según el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu.
La situación va a tener, además, “un impacto muy directo” en la recaudación, estimado en torno al 20%. Eso supondría unos 3.000 millones de euros, de los que 2.000 “le pueden afectar” al Gobierno vasco y pueden suponer “una dificultad importante y añadida” ante el aumento de las “urgencias” derivadas de la crisis sanitaria. Las medidas puestas en marcha para apoyar a pymes y al colectivo de autónomos no serán suficientes y Azpiazu reconoce que “seguramente, habrá que hacer más cosas”. Para financiarlas, el Gobierno vasco “utilizará todos los medios” y, ante las nuevas “prioridades”, se hará “un esfuerzo en la resignación y revisión de lo que pensábamos que era importante” cuando se elaboró el presupuesto de este año.
Por otro lado, ha indicado que “la vía más importante” para afrontar la situación será la del endeudamiento y, en este sentido, ha apuntado que esta crisis va a llevar a un aumento de esta herramienta “sustancial” para hacer frente a “todas las medidas que tengamos que adoptar y que nadie vulnerable se quede en situación de desamparo”.

Desescalada en cuatro fases

El Gobierno central ha presentado su previsión del levantamiento progresivo de las restricciones adoptadas para combatir la pandemia, advirtiendo de que la previsión es orientativa y no exhaustiva. Se trata de un plan por fases (0, preparatoria; 1, inicial; 2, intermedia, y 3, avanzada), al que le falta aún su desarollo a través de órdenes, instrucciones, etc. Por ello, el Gobierno vasco no ha entrado a valorarlo, aunque está atento a la forma en que se llevará a cabo y cuál será el papel de las comunidades autónomas. El Ejecutivo tiene su propio ‘Plan de Transición a la Nueva Normalidad’, basado en los principios de flexibilidad, cientificidad, subsidiariedad y progresividad, para la reanudación progresiva de la actividad productiva, comercial y social, cumpliendo todas las medidas de prevención para preservar la salud de las personas.

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