El Complejo Medioambiental de Gipuzkoa sigue dando pasos en su materialización, que podría estar a pleno funcionamiento en mayo de 2019, y así, a finales de año, el Consorcio de Residuos aprobó el expediente para la contratación de su segunda fase.

La Asamblea General del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, con un 73,5% de votos favorables y un 9,3% en contra, aprobó a finales de año el estudio y el expediente de contratación para la adjudicación, en régimen de concesión de obra pública, del diseño, construcción, financiación, operación y mantenimiento del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa, fase 2 (CMG-2). A partir de este momento, las empresas tienen un plazo de 60 días para presentar ofertas.
La ejecución del CMG-2 se realizará paralelamente a la primera fase, que incluye la construcción de la incineradora, y está previsto que las obras finalicen simultáneamente. El inicio de las obras se estima para el próximo mes de abril, con un plazo de construcción de 12 meses, y comenzando su operación en 2019.
El presidente del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa y diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, valoró la aprobación de los pliegos para la licitación como “una decisión que pone en la senda de la solución definitiva el problema de la gestión de residuos en Gipuzkoa”.
Asensio aseguró que “gracias a la puesta en marcha de las dos fases del Complejo Medioambiental, Gipuzkoa tendrá solucionado el problema de los residuos al final de la legislatura y se habrá cumplido el compromiso adquirido con la ciudadanía”.
32.000 m²
Según detalló, la infraestructura incorporará una planta de biometanización y otra de maduración de escorias. Ambas instalaciones se añaden a las plantas de tratamiento mecánico biológico y de valorización energética que forman parte del CMG-1 y completan el sistema de infraestructuras de cierre del tratamiento de los residuos de Gipuzkoa.
El CMG-2 se ubicará en el Polígono Eskuzaitzeta, en el área de Zubieta, sobre una parcela de 32.000 m², a escasos 300 metros de la del CMG-1. La inversión prevista para la segunda fase es de unos 37 millones de euros.
La planta de biometanización prevista en el CMG-2 tendrá una capacidad inicial de tratamiento de 40.000 toneladas anuales y recibirá materia orgánica recogida selectivamente. Esta instalación dispondrá de una tecnología que permitirá obtener biogás a partir de la fracción orgánica de los residuos y producir energía.
La planta de valorización de escorias tratará los restos sólidos procedentes de la planta de valorización energética, tendrá una capacidad de 52.000 toneladas/año y desarrollará distintos procesos para transformarlos en áridos reciclados que puedan ser empleados en obra pública. Una vez en marcha, se estima que el CMG-2 creará 30 puestos de trabajo directos.
Asensio manifestó la satisfacción de la Diputación por que las obras de la incineradora van “en plazo”, al tiempo que insistió en que en mayo de 2019 “todos las infraestructuras estarán en funcionamiento”. Asimismo, avanzó que en enero se sacará un pliego para poder “captar” un vertedero, en concurso similar al de Mutiloa, para dar salida al déficit de 60.000 toneladas de residuos hasta que esté en marcha el CMG.