Máximo rigor en la selección de mercados y clientes o flexibilidad total a la hora de operar en los mismos son algunos de los principales mandamientos para una industria, la de la herramienta de corte y de mano, cuya brújula marca un único rumbo: mantener la competitividad. Una constante evolución, con la mirada siempre al frente, es la base de la misma.

Mantener la competitividad también en 2025 continúa siendo el gran desafío, seguramente más vigente que nunca, para el sector de la herramienta de mano y la cerrajería. Así lo reconoce Miren Aranburu, directora de Eskuin, Clúster de Ferretería y Suministro Industrial, para la que “el talento, la tecnología y la sostenibilidad” son las principales claves para conseguirlo, a la vez que se impone el máximo rigor a la hora de seleccionar mercados y clientes en los que operar con la máxima “flexibilidad”. Es otra premisa innegociable. 

El sector navega con cierta solvencia, al menos hasta el momento, en el actual contexto de máxima incertidumbre derivado del inestable panorama geopolítico global, al que se ha unido la política arancelaria impuesta por la nueva administración estadounidense que, a la espera de su evolución en función de posibles acuerdos comerciales con la UE, convierten en impredecible el futuro a corto y medio plazo. El nivel de actividad de las empresas ferreteras y de suministro industrial, en cualquier caso, mantiene un buen pulso, como lo demuestra que “las ventas totales hasta marzo aumentaron un 15% respecto al mismo período del año anterior”, explica Aranburu. 

{ Buen rumbo

El sector navega con solvencia el inestable contexto geopolítico, ya que las ventas hasta marzo aumentaron un 15% respecto al mismo período en 2024. 

Ejes de competitividad  Varios son los ejes en los que se basa la evolución competitiva de este sector, amenazado igualmente por la cada vez mayor importación de productos procedentes de China, lo que sin duda le obliga a estar en constante adaptación, tanto en precios como en procesos. El compromiso con “la consolidación en segmentos de alto valor añadido”, explica la directora del clúster, junto a la digitalización, la automatización y la agilidad como ventaja competitiva, forman parte de las fortalezas de su actividad. Un ámbito en el que disponer de unas instalaciones productivas avanzadas y eficientes y contar con talento que sea capaz de aprender con rapidez para “afianzar nuestra posición en mercados estratégicos” completan la gama de elementos en los que apoyarse para seguir avanzando con solidez.
El uso inteligente de los datos enfocado al mantenimiento predictivo, a la optimización de procesos o a la trazabilidad forma parte de la automatización, cada vez mayor, de los procesos que están llevando a cabo en el ámbito de la digitalización y la automatización de sus plantas las empresas. La sostenibilidad, por otra parte, es otra variable ineludible en la que la tendencia clara es “trazar, medir y controlar para reducir la huella de carbono” tanto en procesos de fabricación como en los productos. El sector, asimismo, controla el consumo energético y el uso de materiales, tanto en las herramientas como en los embalajes que las acompañan, para minimizar el impacto ambiental. La integración de tecnologías digitales en los propios productos también ofrece un valor añadido a los mismos.