En toda situación de crisis, por grave que pueda parecer, surge una oportunidad. Es lo que pensaron en DEBA Fasteners, que en 2020 se disponía a celebrar el centenario de la creación de la empresa, cuando la pandemia tiró por tierra todos sus planes. Un punto de inflexión en el que, según explica Peio Andrinua, actual gerente de DEBA, hubo que cambiar de rumbo en los objetivos fijados. Unos objetivos que, a día de hoy, están llevando a la firma bergaratarra a una trayectoria de crecimiento sostenido, que en 2023 supuso una facturación de 9,2 millones de euros, un 5% más que en 2022. Con la previsión de crecimiento para este 2024 algo más moderada debido al retraso en su industrialización de los proyectos relacionados con el vehículo eléctrico, DEBA trabaja con la mirada puesta algo más allá, en un horizonte a medio plazo, con la expectativa de incrementar las ventas un 20% a partir de 2026.

5% de la facturación se destina a I+D+i

40% porcentaje de exportación 

104 años de historia tiene la empresa de Bergara

DEBA cuenta con una plantilla de 42 empleados, de los que 27 son socios, lo que para todos representa “una motivación adicional” para trabajar en la consecución de los objetivos definidos por la empresa. Desde 2008 desarrolla su actividad en una planta de 10.000 m2 en el polígono Hiru Erreka de Bergara, al que se trasladó desde su sede original, que se ubicaba en el casco urbano de la localidad guipuzcoana. En la actualidad se orienta hacia piezas especiales de alta complejidad, partiendo de un proceso de estampación en frío de alambrón. 
Producción interna
DEBA acomete todo el proceso de producción internamente, a excepción del tratamiento térmico y el recubrimiento. Desde el análisis de planos iniciales en el departamento de ingeniería para acordar con el cliente el diseño definitivo, pasando por el desarrollo de los útiles de estampación, hasta definir las fases del proceso definitivo que, dependiendo de la pieza, tendrá taladrados, roscados, mecanizados, tratamientos térmicos, recubrimientos, ensayos y controles de calidad. La compañía guipuzcoana cuenta, además, con un taller mecánico que fabrica el 80% de los útiles que se emplean para estampación. 
La renovación constante para adaptarse a los requerimientos de los clientes, tanto desde el punto de vista de nivel técnico, como de certificaciones, forma parte del ADN de esta empresa, lo que le llevó en su día a obtener las ISO 9001 y 14001 y la IATF16949 y a estar ahora inmersos en el proceso de certificación de la ISO 27001 y Tisax. En estos últimos cuatro años, en cualquier caso, Andrinua admite que “el mercado no ha llegado a superar las cifras prepandémicas” y, toda vez que DEBA nunca ha tenido un problema de capacidad productiva, su estrategia de inversiones más reciente ha ido dirigida a la mejora de la eficiencia de los procesos productivos.
Internacionalización

La adaptación de robots a las máquinas existentes y la adquisición de una máquina de electro-erosión ahorra costes

En esa mejora de la eficiencia, la adaptación de robots a las máquinas ya existentes, en lo que han invertido más de 200.000 euros, o la adquisición de una máquina de electro-erosión que permite fabricar útiles de mayor precisión con mayor flexibilidad y rapidez ante los cambios, supone un importante ahorro de costes. Asimismo, forman parte del capítulo de inversiones dirigidas a proyectos de I+D+i, a los que anualmente destina el 5% de su facturación, los equipos de medición sin contacto y el inicio de un proceso de digitalización para captura de datos en planta, que les ayudará en la toma de decisiones durante la fabricación. A su vez se prevén otras inversiones en futura maquinaria por valor de un 10% de la facturación, que se llevarán a cabo según se vayan industrializando nuevos proyectos. 
Desde ese punto de partida de mejora interna, varios son los desafíos que afronta en su Plan Estratégico 2022-2025 esta empresa que exporta el 30%-40% de su producción, principalmente a Francia y Alemania, y que tiene entre sus principales clientes empresas de diversos sectores: automoción y vehículos pesados (Tier 1), construcción o energías renovables. La internacionalización, la diversificación comercial así como la especialización en nuevas gamas de productos, van dirigidas a la captación de nuevos clientes europeos que aprecien la cercanía de los proveedores disminuyendo el factor riesgo en la cadena de suministro. La participación en la Feria de Stuttgart en marzo del 2025, supondrá un hito importante para la firma guipuzcoana en ese camino para abrir nuevos mercados en el exterior y continuar creciendo.