La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha adjudicado el suministro eléctrico de sus instalaciones en País Vasco, Cantabria y Asturias a EDP. El contrato, de 2 GWh para 16 puntos de suministro, se ha firmado por doce meses por un valor de 132.000 euros. En el País Vasco, donde el organismo cuenta con más de quince empleados, el suministro es para tres dependencias situadas en San Sebastián –dos- y Bilbao. EDP es uno de los operadores de energía de referencia en la región, donde tiene más de 500.000 puntos de suministro.
La Confederación Hidrográfica del Cantábrico fue creada en 2008 tras la segregación de la Confederación Hidrográfica del Norte. Desde entonces, el organismo administra y controla el dominio público hidráulico. Las Comunidades Autónomas de Galicia (provincia de Lugo), Principado de Asturias, Castilla y León (provincias de León, Palencia y Burgos), Cantabria, la CAV y Navarra acogen en la actualidad los casi veintiún mil kilómetros cuadrados de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

Nuevas plantas
Por otra parte, EDP ha iniciado las obras de construcción de las plantas de desnitrificación en sus centrales de Aboñ?o –grupo 2- y Soto de Ribera –grupo 3-, ambas en Asturias. Este proyecto supone una mejora significativa ambiental, pues se reducen las emisiones de óxidos nitrosos un 80%. La alianza formada por la empresa asturiana TSK y la japonesa Mitsubishi Hitachi Power Systems sera? la encargada de llevar a cabo las obras en ambos grupos energéticos.
La puesta en marcha de estas plantas, previstas para 2016 en Abon?o 2 y 2017 en Soto 3, permitirá que ambas centrales funcionen, al menos, hasta diciembre de 2035. EDP será la primera compañía que ponga en servicio un proceso de desnitrificación en España para lo que acometerá una inversión de 100 millones de euros tras elegir para estos grupos la mejor tecnología disponible, que contempla la transposición a España de la Directiva de la Unión Europea de Emisiones Ambientales 2010/75. Con la instalación de estas plantas, las emisiones se situarán muy por debajo del límite que establece la norma europea.
Las plantas de desnitrificación reducen las emisiones de los óxidos nitrosos presentes en los gases procedentes de la combustión del carbón en la caldera. Cuando los gases entran en la planta, se inyecta un reactivo –amoniaco disuelto en agua- sobre los óxidos nitrosos. Ambos pasan por un reactor y se produce una reacción química que genera vapor de agua y nitrógeno.