Confebask prevé que Euskadi haya cerrado 2016 con un crecimiento del 3% del PIB, cuatro décimas más de lo previsto, y 18.000 nuevos cotizantes a la Seguridad Social. Para 2017, la patronal estima que el crecimiento será del 2,5% y del empleo, en 16.000 nuevos afiliados.

El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, y su director general, Eduardo Aréchaga, presentaron a final de año su tradicional ‘Informe de Coyuntura Económica’ que anualmente elabora la patronal y que destaca que la economía vasca recuperará en 2016, “por fin, el PIB que tenía antes de la crisis”.
“Han hecho falta ocho años para volver al punto de partida”, apuntó Larrañaga, lo que indica “la dureza de la crisis y lo que ha supuesto para la sociedad vasca en general, para las empresas y para el empleo”.
Según los datos de este informe, 2016 será el tercer año de crecimiento en la economía vasca y se cerrará con un aumento del 3% en el PIB, cuatro décimas más de lo previsto hace un año y una décima más que en 2015, debido a la mejoría de la demanda interna y de la economía. La industria vuelve a ser “el motor” de la economía de Euskadi, con un crecimiento del 3,2%, mientras que la construcción anotará un crecimiento del 1,3% y los servicios un 3,1% como consecuencia del dinamismo del consumo, el comercio y el turismo, además de la demanda empresarial de servicios. En materia de empleo, el año pasado terminará con unos 18.000 afiliados más a la Seguridad Social que en diciembre de 2015 y se habrán recuperado la mitad de los 117.000 afiliados perdidos durante la crisis.
Cuarto año creciendo
Para 2017, Confebask espera que sea “el cuarto de crecimiento”, aunque “a ritmo menor” que en 2016 pero “en el pelotón de cabeza de Europa”, y que ha cifrado en el 2,5%. La demanda interna será “el principal motor” de este crecimiento y el sector exterior mantendrá su contribución positiva.

La patronal vasca advierte en su informe, no obstante, que el entorno económico seguirá siendo “complejo, incierto y volátil”, por lo que será necesario apostar por “nuevas reformas y medidas para asegurar la competitividad empresarial y, con ello, asentar y dar solidez a la actual fase de recuperación económica y del empleo”.
Para ello, insiste en reforzar la apuesta por la industria, por recuperar el tejido productivo perdido, por apoyar una I+D+i de “calidad y eficiente”, y preparar a los trabajadores para “su adaptación al cambio que supondrá la llegada de la industria 4.0”.
Los empresarios vascos consideran que “será imprescindible generar un marco de estabilidad y confianza y buscar grandes consensos en materias clave donde nos jugamos el progreso y bienestar económico y social”. En el informe también se recogen algunas preocupaciones como la fiscalidad o el personal cualificado.