Los avances en la Línea 3 del Metro de Bilbao se hacen patentes en el Casco Viejo: se ha empezado a desmontar el edificio que alberga los accesos por la Plazuela de San Nicolás y muy cerca se cimenta la futura nueva estación.

La construcción de la nueva estación del Casco Viejo del Metro de Bilbao, que será intermodal para las líneas 1, 2 y 3, ha entrado en una nueva fase con el desmontaje de la cubierta del edificio de la Plazuela de San Nicolás que alberga el acceso a las dos líneas actualmente en funcionamiento, el resto de la estructura colindante con los edificios adyacentes y diversos equipamientos ferroviarios de la antigua línea del Txorierri.
Actualmente, en la parte próxima al frontón de La Esperanza, en la calle que le da nombre, se están ejecutando las cimentaciones de la nueva estación de Casco Viejo de la Línea 3.
Cierre de acceso
El avance en la construcción de la nueva estación de Casco Viejo ha requerido el cierre de la entrada por San Nicolás, dejando únicamente a los usuarios el acceso por el cañón de la Plaza Unamuno y los ascensores de Mallona. Esta situación se mantendrá hasta el final de la obra y puesta en servicio de la futura Línea 3, momento en el que se volverá a reabrir el acceso de San Nicolás, que será común para las tres líneas de metro.

Desde el inicio de las obras, en mayo de 2015, se ha procedido a la demolición parcial del frontón de La Esperanza y de la antigua estación de San Nicolás, así como a la excavación del solar que albergará la futura estación y de un túnel de 120 metros, ejecutado al 90%. En el resto de la Línea 3 se trabaja a destajo con la obra civil casi finalizada salvo en Txurdinaga y Casco Viejo. En este sentido, desde hace meses se acomete la instalación de ascensores, escaleras mecánicas y pasarelas rodantes, así como los contratos de instalaciones, acabados y montaje de vía, entre otros.
Euskal Trenbide Sarea (ETS), ente público del Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial, se encarga de la construcción de la Línea 3, que cuenta con un presupuesto de 279 millones de euros financiados a partes iguales por la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno vasco.