CaixaBank obtuvo el pasado año un resultado neto atribuido de 620 millones de euros en un ejercicio marcado por la mejora de la eficiencia y la rentabilidad y por una intensa actividad comercial, que permitió incrementar los ingresos (6.940 millones de margen bruto, +9%); reducir los gastos recurrentes en un 4,4%, reflejo de la racionalización de los costes; crecer en el margen de explotación recurrente (+18%); y realizar menores dotaciones para insolvencias (-48,4%).
El resultado atribuido al negocio bancario y de seguros, excluyendo la actividad inmobiliaria y las participadas, alcanzó los 1.541 millones de euros. El resultado atribuido al negocio de las participadas, por su parte, ascendió a 227 millones, mientras que la actividad inmobiliaria generó en 2014 pérdidas netas por importe de 1.148 millones de euros. El crédito neto gestionado por la actividad inmobiliaria se situaba, a 31 de diciembre, en 8.890 millones, lo que supone una caída del 31% en el año. El ratio de morosidad está en el 9,7%, por debajo de la media del sector (12,8%).
CaixaBank, que en enero cerró la compra de Barclays Bank, se ha mantenido como la entidad líder del mercado español con 13,4 millones de clientes y 5.251 oficinas. La cuota de penetración de particulares alcanza el 27,6%.