Pese a haber generado entre abril y junio el beneficio trimestral más alto de todo el año, BBVA cerró el 30 de junio un balance semestral con un resultado un 33,6% inferior al obtenido en el mismo periodo del año anterior, debido en gran parte al impacto de los tipos de cambio y a la ausencia de operaciones corporativas. Sin estos dos efectos, el resultado creció un 5,8% interanual, hasta los 1.832 millones. El objetivo, expresado por su consejero delegado Carlos Torres Vila es alcanzar un ratio de capital del 11% en 2017, un reto factible a tenor de la aceleración del ritmo de crecimiento del beneficio observada en el segundo trimestre.
Torres calificó de “sólidos” los resultados obtenidos en los seis primeros meses del año, destacando el crecimiento de los ingresos recurrentes (margen de intereses y comisiones), las menores provisiones y el esfuerzo realizado en el control de los costes, a pesar de que siguen afectados por la integración de Catalunya Banc.

A cierre de junio, el margen de intereses registró un importe de 8.365 millones de euros, un 11,2% superior al del mismo período del año anterior. El margen bruto ascendió a 12.233 millones, alcanzando un máximo histórico, con 6.445 millones de euros, en el segundo trimestre.
El crédito bruto a la clientela se incrementó en un 10,2% al compararlo con un año antes, hasta alcanzar los 433.268 millones de euros, en tanto que los depósitos aumentaron un 11,7%. Por su parte, el ratio de mora mantuvo su tendencia a la baja por cuarto trimestre consecutivo, cerrando en junio en el 5,2% frente al 5,3% de marzo, mientras el ratio de solvencia alcanzaba en junio niveles del 10,71%.