Batz e Ikerlan desarrollan para Volvo un sensor auxiliar para el pedal de freno en sus vehículos

Foto: Ikerlan

La sustitución progresiva de elementos mecánicos por electrónicos en los vehículos es una realidad cada vez mayor, producto del proceso de digitalización y automatización que se está experimentando en los coches en los últimos años. Batz e Ikerlan, en ese sentido, han desarrollado conjuntamente un sensor auxiliar para el pedal de freno en los vehículos de Volvo, lo que supone un gran paso adelante en el camino hacia la digitalización del frenado,  uno de los sistemas más críticos de un coche, y hacia el desarrollo de un pedal de freno cien por cien electrónico. 
Ambas compañías han colaborado durante cuatro años en el desarrollo de este componente dotado de sensores que transmiten de forma precisa información sobre la demanda de frenado del conductor. El sistema ya está en proceso de producción en varios vehículos de Volvo tras superar Batz e Ikerlan los exigentes requisitos de la firma sueca en términos de robustez, integración y consumo.

Este componente, fruto de cuatro años de trabajo, supone un gran paso hacia el pedal de freno 100% electrónico

Iosu Gabilondo, responsable de área de Inteligencia Distribuida y Conectada en Ikerlan, explica que, por un lado, han tenido que “garantizar que el sistema esté operativo durante los 15 o 20 años de vida de un vehículo”. Asimismo, han debido “integrar el desarrollo con el resto de sistemas mecánicos y electrónicos del vehículo”, además de adecuarse a los “requisitos de consumo de electrónica” exigidos por Volvo. Egoitz Anzola, director de Ingeniería de Batz, por su parte, cree que este paso les ayudará “en la fabricación de los futuros frenos electrónicos”, una pieza tradicionalmente mecánica que ahora afronta el desafío de la conectividad con el resto de sistemas del coche. 

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