Aparcadas las protestas agrícolas y ganaderas, incluidas las tractoradas de 2023, el sector primario vasco no acaba de espantar sus ‘fantasmas’. Sus problemas estructurales, como la falta de relevo generacional o la baja renta agraria, persisten, en un entorno, además, de inestabilidad permanente. Desde el Gobierno vasco y las diputaciones se está haciendo un esfuerzo inversor para paliar algunos de ellos, que se suma a las ayudas de la UE a través de la PAC. Los agricultores y ganaderos de Euskadi han asegurado que el clima afectó en 2024 a sus cosechas y a las cabañas de ganado. Un problema que puede ser estructural más que coyuntural debi