“Según las proyecciones demográficas habrá que producir más alimentos en los próximos 50 años que en los últimos 500 años. Para alimentar a la población creciente se precisarán 1.250 millones de hectáreas de tierras fértiles, tres veces más de las actualmente disponibles, tierras que no existen. El cambio climático supondrá alteraciones dramáticas en los ecosistemas terrestres y marinos, cambios en la producción primaria, aparición y sustitución por nuevas especies. Se generará una gran presión sobre los recursos naturales, especialmente, sobre el pescado capturado en estado salvaje y con un nivel de explotación en su rendimiento máximo so
Estamos frente a un mundo cada vez más interconectado, con un consumidor más reflexivo y con múltiples opciones de elección. Se ha priorizado mejorar la competitividad empresarial a través de la reducción de costes, aunque no hay mucho margen de maniobra en este sentido. El nuevo estadio es la economía de la innovación y el ‘time to market', el llegar al mercado antes que los demás y de forma diferenciada. Pero la competitividad basada sólo en la eficiencia es una estrategia de corto recorrido y limitada. Sólo la combinación de eficiencia y generación de valor puede garantizar la sostenibilidad de la cadena de valor del mar y la alimentació