“Y terminamos con un deseo: que cuando se publique el próximo Anuario la guerra en Ucrania haya acabado y hablemos de temas económicos en paz”. Así expresaba mi esperanza en la presentación de la edición pasada del Anuario. Una esperanza truncada y que hace que Europa contemple en su suelo un nuevo conflicto bélico en pleno siglo XXI. Una guerra que, además de sus impresionantes consecuencias humanitarias y sociales, ha impactado directamente en la situación económica de 2022, restando velocidad a la recuperación poscovid y exigiendo recursos extraordinarios para paliar estas. Impacto que se mantiene en los primeros meses del ejercicio actual