Escribo estas líneas en el momento en que nos encontramos ante una crisis sanitaria sin paliativos que lleva aparejada una profunda e inquietante crisis económica por ser su origen novedoso y, en consecuencia, también su desenlace. Esta crisis, además de hacernos comprender, aún más si cabe, que sin salud nada tiene valor, nos ha hecho más conscientes de lo que significa la globalización. Por otro lado, hemos comprobado, una vez más, cómo el ser humano se crece ante las adversidades, y de ahí que la solidaridad y el esfuerzo demostrado por nuestros profesionales, empezando por los sanitarios, esté siendo encomiable. Y, de igual modo, esta c