El futuro de la innovación en el ámbito de la formación estará más basado en el aprendizaje que en la enseñanza, más centrado en las necesidades de los estudiantes que en los intereses de los profesores. Autonomía del estudiante. Capacidad de definir competencias (que incluyen conocimientos, habilidades, actitudes…). Aprender a evaluar y medir con rigor la actividad docente. Selección y formación del profesorado. Y, como decía San Ignacio hace medio milenio, unir “virtud y letras”: saber plantear bien la cuestión de los valores; es decir, la actitud y compromiso personales ante el estudio y el trabajo.
Estamos en un contexto en que la producción científica crece anualmente. Según el informe de la ciencia publicado por Ikerbasque en 2014, en 2013 han sido indexadas en Scopus casi 2,5 millones de publicaciones, concretamente un incremento del 75% en los diez últimos años. El impacto social y empresarial de la investigación es un concepto de creciente interés tanto en los foros académicos y, sobre todo, en aquellos en que se debaten las políticas públicas de apoyo a la investigación. Cada vez más, las instituciones financiadoras de la investigación evalúan las propuestas no solo teniendo en cuenta los tradicionales métodos de medición de la