Las infraestructuras son el esqueleto de nuestra sociedad moderna. Carreteras, puertos, centros logísticos, polígonos, instalaciones energéticas e industriales, y claro, espacios urbanos, no solo conectan territorios y personas, sino que sustentan la actividad económica y social. Pero ese esqueleto va necesitando periódicamente renovación, a medida que alcanza su final de vida. Y toda renovación comienza con una buena demolición. Frente a la idea anticuada de la demolición como destrucción sin más, hoy hablamos de una actividad técnica, precisa, estratégica y sobre todo, SOSTENIBLE Y CIRCULAR. Una actividad absolutamente necesaria para el de

