Lo primero, las personas La siderurgia es una industria obsesionada por la seguridad de los trabajadores propios y de empresas colaboradoras, consecuencia del trabajo conjunto de empresas y trabajadores; los índices de seguridad son mucho mejores que los de la media de la industria española. Nuestros trabajadores tienen una posibilidad de desarrollo profesional que reduce la rotación de las plantillas y permite que un trabajador desempeñe puestos de mayor responsabilidad y retribución a lo largo de su vida profesional. En nuestra industria solo hay dos factores locales en el escandalo de costes: los energéticos (por la regulación) y los lab
La industria siderúrgica española, como el resto de la industria básica, atraviesa a corto plazo un momento de bonanza derivado de la recuperación mundial de la demanda tras el parón de 2020 y de la necesidad de recomposición de los inventarios a lo largo de toda la cadena de valor. A medio y largo plazo, el reto más importante es la necesidad de acometer una profunda transformación industrial que desemboque en la neutralidad climática, un compromiso asumido por la industria española con primera etapa en 2030, con una reducción de las emisiones del 55% que, trasladado a la siderurgia y otros sectores incluidos en el esquema del comercio de