Euskadi ha hecho suyo el Pacto Verde Europeo, aprobando una ‘hoja de ruta’ propia, la iniciativa Basque Green Deal, que no es solo una estrategia climática, sino un modelo económico. Un modelo competitivo de futuro. Se trata de una estrategia de crecimiento basada en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Una estrategia liderada desde las instituciones para la aplicación de este modelo a la tecnología, la innovación, la industria y la investigación y el desarrollo. Y en este camino se aboga por una transición energética y climática justa, que se plasmará en la futura ley de Transición Energética y Cambio Climático. Se asume la contribución de Euskadi para lograr la recuperación del equilibrio del planeta y la neutralidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en el horizonte 2050. Y se apuesta por las energías renovables, la conservación del medio natural, la biodiversidad y la economía circular. En resumen, aprovechar todo el potencial de la sostenibilidad, en su más amplio sentido, para acelerar la recuperación económica: crear empleo ‘verde’ y dejar el paro por debajo del 10%; trabajar “por tierra, mar y aire” para reducir a la mitad los gases de efecto invernadero en 2030; alcanzar una aportación industrial del 40% al PIB y elevar hasta el 20% la cuota de energías renovables. Un compromiso, con respaldo social, para la única estrategia de crecimiento posible.