Una actividad que se mantiene en ligero crecimiento

El crecimiento de la actividad durante 2023 se ha visto afectada por los elevados precios de las materias primas que han seguido en línea ascendente.  

Si bien 2023 ha sido un año de consolidación de la actividad constructora en Euskadi, con datos que confirman un ligero crecimiento, hay una serie de factores de riesgo que han afectado de lleno al sector y que tienen que ver principalmente con los incrementos de los costes de los materiales, licitaciones de proyectos con desequilibrios económicos, falta de personal especializado y, en materia de promoción inmobiliaria, una baja tasa de producción de vivienda. 

E l ejercicio 2023 ha confirmado el ligero crecimiento de la actividad constructora en Euskadi, con cifras a la alza en todos los trimestres del año analizados por el Eustat. Concretamente, el último informe publicado, relativo al tercer trimestre del año, refleja un incremento del 5,9%, motivado principalmente por el comportamiento de la obra civil y la edificación, la misma tendencia que se ha reflejado a lo largo del año. No obstante, en el trimestre anterior, el segundo de 2023, el crecimiento fue superior, llegando a alcanzar el 11%. 

El comportamiento de la edificación ha sido clave en el desarrollo del sector, al igual que el de la obra civil. 

Con este escenario a la vista, y pese a que la situación se mantiene en clave de ligero crecimiento, el sector se ha enfrentado a una serie de desafíos que dejan entrever un panorama que se antoja difícil, debido a los altos costes de las materias primas, licitaciones de proyectos con desequilibrios económicos y falta de personal especializado, entre otros.
En este sentido, el Informe de Ascobi-Bieba, Asociación de Constructores y Promotores de Bizkaia, relativo al sector de la construcción y promoción inmobiliaria en Bizkaia y en la CAV en 2023, también pone de manifiesto que la construcción vasca se ha mantenido, aunque se perciben síntomas de estancamiento propiciados por un descenso del volumen de licitación de obra pública y la atonía en la producción de vivienda nueva que solo se ven compensados parcialmente por el impulso rehabilitador.
En el caso de los costes de la construcción, respecto a diciembre de 2022, en 2023 se incrementaron un 3,8%, tanto en edificación como en obra civil, mientras que el incremento de las materias primas se cifra en un 4,3% y el de la mano de obra en un 2,1%. Las materias primas que registraron los mayores ascensos en diciembre de 2023 se encuadran en los subsectores de minerales no metálicos, con un 11,3%; caucho y plástico, con un 10,6% y fabricación de muebles, con un 6,3%. 

Los costes de la construcción, respecto a diciembre de 2022, se incrementaron en 2023 un 3,8% tanto en edificación como en obra civil.

Pese a las consecuencias provocadas por los incrementos de los costes, cabe resaltar una serie de aspectos que permiten hablar de un modelo que tiende hacia procesos que están impulsado su desarrollo, como la incorporación de métodos avanzados, la digitalización y la industrialización de las empresas constructoras. Así lo considera Alex Bidetxea, presidente de Ascobi-Bieba, Asociación de Constructores y Promotores de Bizkaia, que a cierre de 2023 se mostraba optimista y afirmaba que “el sector de la construcción está formado por personas muy comprometidas, con ganas de salir adelante”.
Por su parte, el director general de Build:inn, Clúster de la Construcción de Euskadi, Jon  Ansoleaga, define 2023 como un año “plano” para el sector, con un crecimiento por debajo del 1%. En cuanto a su aportación al PIB, Ansoleaga señala al 5,9%, pero, según el análisis de Build:inn, integrando a todas las actividades que desarrolla la cadena de valor de la industria de la construcción, representa un 11% del PIB y un 12% del empleo.

El dinamismo de la actividad se ha trasladado al empleo, con el 72% de los contratos de carácter indefinido a nivel estatal.

Respecto a la población ocupada en Bizkaia a finales de 2023, el informe de Ascobi cifra el empleo en 31.800 personas, con un incremento del 2,6% respecto a 2022. Por el contrario, en la CAV se produjo un descenso del 3,3%, que supone 1.900 empleos menos.
El capítulo de empleo a nivel estatal confirma, a su vez, cierto dinamismo de la actividad, y según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), el 72% de los contratos en la construcción fueron indefinidos en 2023, en base a cifras publicadas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. En total, el sector sumó en el conjunto del Estado 50.918 nuevos puestos de trabajo, cerrando el año con 1.384.802 trabajadores.
La patronal de la construcción atribuye estos datos “a la capacidad para adaptarse a la reforma laboral", que a su juicio, se debe fundamentalmente a la aprobación del VII Convenio General de la Construcción. Para la CNC, este convenio recoge avances como el contrato indefinido adscrito a obra, la mejora de la regulación del contrato fijo discontinuo, la limitación a un año del contrato temporal por circunstancias de la producción o la incorporación de jóvenes y mujeres.
Recuerda, a su vez, que el VII Convenio General también contempla la creación del primer plan de pensiones sectorial a nivel estatal, así como un incremento salarial del 10% entre 2022 y 2024, es decir, una subida del 4% para el 2022, del 3% para el 2023 y de otro 3% para este 2024 recién iniciado.

Retos y desafíos

 La promotora Inbisa lleva a cabo actualmente varios proyectos de edificación en diferentes localidades vascas.

En materia de digitalización, uno de los grandes retos del sector, las actuaciones no se han hecho esperar en Euskadi, y así, la implementación del BIM ya es una realidad en la mayoría de los proyectos, innovando cada día más en la creación de nuevos materiales y equipos más avanzados para la ejecución de las obras.
La industrialización es otro de los ejes en los que actualmente se apoya el futuro del sector, con ejemplos de montajes en serie de diferentes elementos de un proyecto e, incluso, de viviendas completas, con una calidad de acabados y una eficiencia energética en su realización o posterior mantenimiento, excelentes. 
Pero de lo que no hay duda es que la sostenibilidad es el gran desafío de la construcción hoy en día, y pese a lo que pueda parecer, y según apunta Bidetxea, “el sector puede actuar como agente esencial en la transición energética de la construcción, no solo a la hora de generar hormigones más sostenibles, sino también, utilizándolos para construir infraestructuras que protegen el medio ambiente, hogares más eficientes, vías de comunicación más solventes, espacios públicos más habitables y todo tipo de equipamientos que generan calidad de vida”. Por ello, subraya el presidente de Ascobi, estamos ante un nuevo modelo de construcción que se afianza en Euskadi. 

Edificación y Obra Civil
Como consta en los estudios del Eustat, el comportamiento de la edificación y la obra civil han sido los dos pilares en los que se ha apoyado el desarrollo del sector. Respecto al primero de los apartados, se han llevado a cabo numerosas promociones que lo atestiguan, tal es el caso de las nuevas promociones de Inbisa, entre las que se encuentra la de Hurtado Amezaga, en Bilbao, con una inversión cercana a los 14 millones de euros, o Residencial Torre Barakaldo, a la que se unen las llevadas a cabo por Neinor en el conjunto del País Vasco. 
En el caso de Bilbao, Neinor Homes aporta el 40% de la oferta de vivienda de obra nueva disponible, con una inversión de 233 millones de euros en cinco proyectos de desarrollo en zonas que, tradicionalmente, tuvieron una fuerte presencia industrial y que la compañía apuesta por regenerar y poner en valor. Cabe destacar, a su vez, el territorio guipuzcoano, donde la promotora ha invertido 108 millones de euros en los últimos cinco años y entregado 220 viviendas. En palabras de Íñigo Ibarra, director territorial Norte de Neinor Homes, “el País Vasco es clave para nuestro negocio”. Y como argumento, destacar que en los últimos cinco años, Neinor ha entregado 35 promociones en el País Vasco, con cerca de 2.000 viviendas. 

La rehabilitación, un negocio en auge

Euskadi cuenta con uno de los parques de vivienda más antiguos del Estado, donde más del 40% de los edificios están construidos en los años 1950-1980 y, en consecuencia, con mayores necesidades de rehabilitación, tanto correctiva como de mejora de la accesibilidad y de la eficiencia energética de los edificios. Por ello, el peso del sector de la rehabilitación es cada vez mayor, generando el pasado año un volumen de negocio del 22,5%, superando a las nuevas edificaciones (21,3%).
Así lo constata el presidente de Ascobi, Alex Bidetxea, al señalar que “la tasa de rehabilitación anual de edificios de viviendas en el País Vasco se sitúa, de modo ascendente los últimos ejercicios, en un 1,5% del parque existente, cifra que, prácticamente, triplica el dato referido al conjunto del Estado”.
Añadir a ello, el impacto de la aportación de fondos europeos Next Generatión a la mejora de la eficiencia energética de los edificios de viviendas, a través de los fondos de ayudas gestionados por el Gobierno vasco durante los próximos cuatro años, lo que va a incrementar la actividad rehabilitadora de forma significativa. Para utilizar todos los fondos disponibles, (la cantidad de solicitudes de comunidades de vecinos tramitadas así lo visualiza), según el presidente de Ascobi, será necesario duplicar la tasa de rehabilitación en Euskadi, pasando del 1,5% al 3% de edificios rehabilitados anualmente con respecto al parque total durante estos próximos cuatro años (2023-2026).
Por hacerlo posible, “las necesidades de personal específico para trabajar en el área de la rehabilitación sostenible se verán incrementadas significativamente y posibilitarán la colocación de personas desempleadas que adquieran una formación básica y suficiente para ello”, asegura Bidetxea.

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