La economía vasca creció el pasado año un 2,9%, según el avance de cuentas publicado por el Eustat. Una cifra importante porque consolida un camino de recuperación, moderada, pero mantenida desde hace ya tres ejercicios. Una senda que para algunos será lenta, porque costará aún tiempo recuperar niveles precrisis, pero que parece firme. Las apuestas estratégicas por la industria avanzada, la digitalización, la I+D+i y la internacionalización están dando sus frutos. Y precisamente el mercado global, que durante los años más duros de la recesión fue el refugio para muchas compañías es el objetivo de la actualizada estrategia Euskadi Basque Country 2020. Un reto de país para conseguir que la sociedad y la economía vasca tengan su hueco en un mundo que puede tener la tentación de ser cada vez más uniforme. Estamos a un clic de cualquier lugar y la inmediatez y la globalidad pueden llegar a borrar las peculiaridades, especialmente de los pequeños. Los vascos somos un país abierto al mundo, abierto desde nuestra propia personalidad y cultura, para sumar con el resto de países. Y una parte muy sustancial de esta estrategia se centra en la internacionalización empresarial. Un mercado único al que pueden, y deben, acceder las empresas vascas, desde la calidad y la aportación de valor, intentando mantener los centros de decisión, pero teniendo en cuenta que también somos un país atractivo para las inversiones extranjeras.