La empresa alavesa Ubikare, con el apoyo de la Fundación San Prudencio, ha puesto en marcha el primer servicio personalizado, completo y a medida de salud y bienestar en el hogar para las personas mayores y dependientes de Euskadi. El nuevo servicio ha sido presentado ante 500 asociados a la Fundación, en un acto que ha contado con la participación de la escritora Toti Martínez de Lecea, en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria-Gasteiz.
Ubikare ofrecerá los servicios en las áreas clínica, mental, funcional y social necesarios para el bienestar de las personas mayores y dependientes coordinados por personal de enfermería capaz de adaptarse a la situación económica de cada persona y familia y de centrarse en sus necesidades prioritarias.

Acuerdo especial
Para iniciar su andadura Ubikare ha llegado a un acuerdo especial con la Fundación San Prudencio, por el que ofrece a las personas mayores beneficiarias de la citada entidad, de forma gratuita, una valoración integral en el hogar para que conozcan de manera detallada su estado, el de su vivienda y las medidas que podrían adoptar para mejorar su calidad de vida.

En una sociedad inmersa en un acelerado proceso de transformación, en el que las personas viven cada vez más, pero a veces con menos calidad de vida, surgen nuevas necesidades relacionadas con la salud y el bienestar de los mayores y personas dependientes. Por ello, la Fundación San Prudencio comprometida con la calidad de vida de sus asociados y sus familias, y fiel a su compromiso con la responsabilidad social, ha querido ser una vez más pionera a la hora de abordar esos desafíos a través de la colaboración con Ubikare.
La Fundación San Prudencio es la principal entidad vasca sin ánimo de lucro dedicada a la extensión y desarrollo de la RSE. Fue creada en Vitoria-Gasteiz hace casi 50 años con el objetivo de aportar bienestar y calidad de vida a los trabajadores de las empresas asociadas. En la entidad se aúna el esfuerzo responsable de alrededor de 400 empresas de todos los tamaños y sectores y de más de 30.000 trabajadores que configuran un colectivo de 80.000 personas, casi la cuarta parte de la población de Álava.