El Grupo Repsol ha actualizado su Plan Estratégico, orientado al crecimiento y a la creación de valor en cualquier escenario. En el mismo se contempla avanzar en la transición energética a través de nuevas iniciativas, como la comercialización de gas y electricidad y la generación eléctrica.

Repsol ha presentado una actualización de su Plan Estratégico para el período 2018-2020, que está orientada al crecimiento y a la creación de valor en cualquier escenario. La estrategia se ha elaborado tomando como referencia un precio de 50 dólares por barril y se produce después de que en los dos primeros años del plan 2016-2020 la compañía demostrase su resiliencia al alcanzar todos los objetivos previstos pese al contexto de bajos precios del petróleo y del gas.
La estrategia presentada se basa en tres pilares, según manifestó su consejero delegado, Josu Jon Imaz: remuneración creciente para el accionista, crecimiento rentable de los negocios (Upstream y Downstream) y avance en la transición energética a través de nuevas iniciativas. En este último campo, ha anunciado que comercializará gas y electricidad y se expandirá en generación eléctrica, para lo que destinará 2.500 millones de los 15.000 millones de euros de inversión total contemplados, a negocios de bajas emisiones, en los que incluye también la actividad mayorista de gas.

En concreto, como mayorista de gas, Repsol quiere alcanzar una cuota del 15%, y en comercialización de gas y electricidad espera alcanzar los 2,5 millones de clientes en 2025, que supondría una cuota de mercado de más del 5%.
Además, la petrolera, cuya actividad en generación eléctrica se limita ahora a la cogeneración que produce en sus plantas, quiere alcanzar una capacidad de 4.500 megavatios (MW) en producción eléctrica en 2025 y que la generación distribuida (fuentes no centralizadas de generación que se ponen cerca de un consumidor) sea un vector de su crecimiento.
El Plan Estratégico destina la mayor parte de inversión al núcleo de la cartera de activos de la compañía, con 7.900 millones para aumentar la producción en el área de ‘Upstream’ (exploración y producción), en 95.000 nuevos barriles, con la entrada en producción de nuevos proyectos, y otros 4.200 millones en el de ‘Downstream’ (refino, química, comercialización).