El Gobierno vasco ha presentado el proyecto de presupuestos para 2020. Unas cuentas que deberían sustituir a las actuales, prorrogadas del 2018, y ser las últimas de la actual legislatura, si el Ejecutivo consigue el apoyo de otra fuerza política. En principio, el proyecto está encardinado en la coyuntura actual de la economía vasca y es más expansivo, incrementando el gasto cerca de 600 millones más que en los presupuestos en vigor y 300 por encima del proyecto de 2019. Otra clave es el importante descenso de las obligaciones financieras. Así el endeudamiento previsto es de 886,3 millones, 377 menos de lo estimado para este año. Ello hace que el monto global del proyecto de presupuestos sea de 11.774 millones de euros, 10 menos que en la previsión que se hizo para este año, manteniendo la característica de moderación y control del déficit. Y otra clave es el incremento de los ingresos en más del 3%. Es cierto el contexto actual de crecimiento de la economía vasca, corroborado por la AIReF. Pero también es cierto que el entorno está dando señales de desaceleración, a lo que se suman las incertidumbres internacionales en diferentes frentes. Por todo ello, no parece muy arriesgado suponer que el entorno general puede ir deteriorándose y dificultar esas previsiones de incremento de la recaudación fiscal, lo que dificultaría cumplir con el déficit y haría crecer la deuda.