Los cimientos que fijan la nueva arquitectura institucional tecnocientífica

Acto de presentación del Plan de Industria 2030, que busca hacer a la industria vasca protagonista de la reindustrialización europea.

La situación actual nada tiene que ver con la de hace unos pocos años. Acontecimientos como la pandemia, los cambios tanto científicos y tecnológicos como sociales y geopolíticos (pérdida de competitividad de Europa ante Estados Unidos y China) han aconsejado releer y actualizar diferentes estrategias para adaptarlas a las nuevas realidades y dar respuesta a las tres grandes transiciones: digital y tecnológica, energética y ambiental, y sociodemográfica y sanitaria. Con ese propósito, el Ejecutivo vasco ha rediseñado un complejo puzle que fija los cimientos científico-tecnológicos e innovadores. Por un lado, con la reformulación del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI 2030) y la definición de los nueve Faros de Innovación. Y por otro, con el Plan Industria Euskadi 2030 y sus proyectos transformadores, para posicionar al sector industrial vasco como protagonista de la reindustrialización europea gracias a la innovación tecnológica.

a novedad más inmediata ha sido la reformulación del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, una estrategia presentada en la última reunión del Consejo Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación por el Ejecutivo vasco, aún sujeta a aportaciones, y que tiene en cuenta las nuevas circunstancias a las que se enfrenta Euskadi, así como las prioridades europeas, otorgando una relevancia especial a la política de ciencia, tecnología e innovación. 
Esta nueva hoja de ruta que guiará los pasos de los próximos años, la definió el lehendakari, Imanol Pradales, durante su presentación, como “una herramienta imprescindible para el desarrollo económico, social y productivo del país”, destinando un peso específico a la ciencia excelente. En palabras del consejero de Ciencia, Universidades e Innovación, Juan Ignacio Pérez Iglesias, el reformulado PCTI 2030 parte “con el fin de dar respuesta a los profundos cambios científicos, tecnológicos, sociales y geopolíticos experimentados desde la aprobación inicial del plan en 2021”.
En cuanto a los cambios respecto al inicial, los nuevos retos pasan por recuperar el peso de las exportaciones de elevado nivel tecnológico, aumentar la facturación por la venta de nuevos productos, intensificar las inversiones de innovación no vinculadas a las de I+D o mejorar la posición en el RIS, entre otros. 

La reformulación del PCTI 2030 viene a dar respuesta a los profundos cambios científicos, tecnológicos, sociales y geopolíticos experimentados desde su aprobación en 2021.

Para lograrlo, el nuevo plan de acción se articula en torno a cuatro pilares estratégicos. El primero está dedicado al impulso a las personas de alta cualificación y refuerza la formación, atracción y consolidación de talento científico y tecnológico, con especial atención a la igualdad de género y a la promoción de vocaciones STEM. En este bloque, se incluye la creación de un Centro de Estudios Avanzados y el impulso de programas de movilidad y formación dual.
El segundo pilar tiene que ver con la ciencia de vanguardia, que promueve la excelencia investigadora, la interdisciplinariedad y la conexión entre ciencia, industria y formación superior. En este apartado, se priorizan áreas científicas de excelencia y estratégicas y se fortalece la Estrategia Ikur en los ámbitos de neurociencias, tecnologías cuánticas, ciencia de neutrones y supercomputación e inteligencia artificial.
El tercer gran bloque de la nueva reformulación tiene que ver con la competitividad y liderazgo industrial, una firme apuesta por la transformación industrial, la soberanía tecnológica y la colaboración público-privada. Uno de los ejes en los que se va a apoyar para conseguirlo es en consolidar los sectores tractores actuales (Irabazi), al tiempo que promover el desarrollo de los emergentes (Hazi), con especial énfasis en la transferencia de conocimiento y en la internacionalización.
El cuarto y último pilar al que se le concede un protagonismo especial es a la innovación, integrando ciencia, tecnología, creatividad y acción colectiva, para lo cual se va apoyar en otra nueva herramienta, los Faros de Innovación, canalizando proyectos estratégicos en ámbitos clave como la inteligencia artificial, las tecnologías cuánticas, la ciberseguridad, la descarbonización, la salud o la alimentación sostenible.
Pero hay una gran novedad, ya que el reformulado plan dedica un apartado específico a fortalecer la cohesión social, la democracia, el bienestar y la cultura vasca. Se promueve la integración de las ciencias sociales y humanidades, la revitalización del euskera, la difusión social del conocimiento y la investigación sobre los retos sociales, culturales y demográficos de Euskadi.

 ▶ Los acontecimientos de los últimos años han requerido un cambio profundo de estrategia por parte del Gobierno vasco para adaptarse a las nuevas realidades, impulsando un nuevo plan
de actuación y la reformulación del PCTI 2030◀

En relación a la especialización, incorpora la evolución hacia la RIS4, una estrategia más sistémica y orientada al impacto que integra excelencia científica, competitividad industrial e innovación transformadora. De este modo, se refuerzan las áreas de especialización en industria inteligente, energías limpias, salud personalizada y sectores emergentes, alineando la estrategia vasca con las prioridades europeas y globales.
En el capítulo inversor, el Ejecutivo vasco mantiene además su compromiso de incrementar al menos un 6% anual los presupuestos destinados a I+D e innovación durante el periodo 2026-2030, garantizando estabilidad y recursos suficientes para consolidar los avances logrados y afrontar los nuevos retos.

Faros de Innovación
Dentro del PCTI se han establecido los Faros de Innovación. Se trata de un nuevo instrumento que busca consolidar Euskadi como polo europeo de vanguardia científica y social, diseñado para orientar de forma preferente los recursos económicos y el capital humano en la innovación, tomando como punto de partida la triple transición (Digital y Tecnológica, Energética y Ambiental y Sociodemográfica y Sanitaria).
Bajo el liderazgo del Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación, se han establecido nueve Faros de Innovación que van a marcar el rumbo de la política de innovación en los próximos años. Una iniciativa que muestra el esfuerzo interdepartamental e interinstitucional compartido del Gobierno vasco para orientar todas las políticas públicas de Euskadi en materia de ciencia e innovación, agrupando objetivos y activando los recursos necesarios para ello.

Nueve faros van a marcar el rumbo de la política de innovación científica en los próximos años.

Para el consejero Pérez Iglesias, “estos faros están concebidos para dar respuesta a los retos que nos plantean las tres transiciones y encontrar soluciones adecuadas a los mismos. También buscan servir de guía a los esfuerzos que hacen otras instituciones en esta área y tener impacto económico y social.”
Concretamente, en la primera transición se identifican tres faros principales: la inteligencia artificial (IA), considerada una prioridad estratégica para generar conocimiento avanzado y fundamental para diagnósticos en sanidad, la optimización de procesos energéticos y el impulso del euskera; las tecnologías cuánticas, reconocidas como una disrupción tecnológica con impactos importantes en computación, comunicaciones, ciberseguridad y sensórica; y la ciberseguridad, un requisito transversal que busca garantizar una digitalización pervasiva y resiliente mediante un marco transversal que cubra la prevención, detección y recuperación frente a ataques y durante todo el ciclo de vida del dato.
En relación a la transición energética y ambiental, se establecen otros tres faros que se centran en la descarbonización, eje para reducir la dependencia de combustibles fósiles mediante la eficiencia energética, el desarrollo de combustibles renovables como el hidrógeno verde, soluciones de captura, utilización y almacenamiento de CO2 y la mejora de las baterías; el enfoque ‘one health’, que integra la salud de personas, animales y ecosistemas para abordar retos sanitarios y ambientales; y la alimentación saludable y sostenible, que garantiza alimentos seguros y saludables, libres de contaminantes, promoviendo la sostenibilidad, la biodiversidad y circularidad en la producción.
Finalmente, la transición sociodemográfica y sanitaria, contempla, a su vez, otros tres faros: la salud personalizada y de precisión, que responde a retos derivados  de las áreas con mayor morbilidad y mortalidad como oncología, enfermedades cardiovasculares, salud mental, neurodegenerativas y enfermedades raras, así como en la mejora de la atención primaria, la medicina preventiva y la salud pública; los condicionantes sociales de la salud, que analizan factores sociales como nivel educativo, ingresos, apoyo social o vivienda, que influyen en la salud y generan diferencias evitables en el estado de salud; y la demografía y reto sociosanitario, que estudia las dinámicas demográficas y migratorias, el envejecimiento saludable y la innovación en la gestión de cuidados de larga duración y la solidaridad intergeneracional.

▶ Los Faros de Innovación van a canalizar proyectos estratégicos en ámbitos clave como la inteligencia artificial, las tecnologías cuánticas,
la ciberseguridad, la descarbonización, la salud
o la alimentación sostenible ◀

Respecto a la financiación de esta nueva herramienta, está a cargo de los recursos del Fondo de Innovación, aunque también incentiva la aportación de fondos de otros orígenes. La previsión presupuestaria para los próximos años está basada en las cantidades consignadas en los presupuestos del Gobierno vasco, con un importe total superior a 102 millones de euros para el ejercicio 2030.
La puesta en marcha de esta estrategia se está llevando a cabo de forma gradual y se prevé la reasignación de una parte de las partidas del Fondo de Innovación al Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación, alcanzando el 100% de reasignación en 2028.

Plan de Industria 2030
En línea con lo expuesto hasta el momento, y alineado con los pretensiones que persigue la reformulación del PCTI 2030, la otra ‘pata’ del puzle en la que se apoya la nueva arquitectura tecnológica-científica institucional vasca es el Plan de Industria 2030, en este caso, el camino a seguir para poder impulsar y apoyar tanto los sectores tractores actuales como los que se prevé que lo sean en un futuro, promoviendo la I+D+i, la digitalización y la descarbonización.
Por ello, el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, Mikel Jauregi, puso de relieve durante la presentación del Plan de Industria, que “ayudará a nuestra industria a dar un salto cualitativo para garantizar el futuro económico de nuestro país, y el bienestar y el progreso para las siguientes generaciones”. En definitiva, “es la base del crecimiento de Euskadi en los próximos años”, y “hablamos de crear empleo estable y bien remunerado que responda a las aspiraciones de nuestros hijos e hijas y les permita desarrollar plenamente su potencial y sus proyectos personales y profesionales en Euskadi”.
La estructura de la nueva estrategia cuenta con una dotación de 3.900 millones de euros durante esta legislatura, lo que permitirá traccionar una inversión privada de 12.000 millones de euros, con lo que se movilizarán un total de 15.900 millones de euros de inversión público-privada.
Además, en la reformulación del PCTI 2030, se han incluido previsiones específicas en materia industrial y los sectores considerados estratégicos en este plan tienen también un respaldo en términos de innovación tecnocientífica. 
En este punto cabe recordar que en una entrevista a este medio de la viceconsejera de Tecnología, Innovación y Transformación Digital, Jaione Ganzarain, aseguró  que en el capítulo relativo a  ‘mejor industria’ el Plan de Industria plantea cinco prioridades estratégicas. “La primera es aumentar la calidad tecnológica e innovadora de nuestro tejido empresarial, acompañar a las empresas para que sean más innovadoras y más tecnológicas. El segundo punto es la promoción de la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la computación cuántica. La tercera prioridad estratégica son las infraestructuras, tanto digitales como físicas, para abordar los dos anteriores que hemos comentado. Y la cuarta y quinta son más transversales. Por una parte, atraer y retener talento innovador, para que el Plan de Industria sea real y, por otra parte, conseguir empresas más sostenibles, con modelos de gobernanza innovadores y modelos de gestión avanzados, acordes con la nueva realidad empresarial. Algunas de estas prioridades, como se puede ver, coinciden con líneas del Departamento de Ciencia, Universidades e Innovación”, destacaba Ganzarain.

Proyectos transformadores
Y aquí es donde aparecen los proyectos transformadores, que en palabras de la propia Ganzarain “serán nuestras palancas estratégicas que van a activar las transformaciones de Euskadi. La ambición se va a materializar en estos grandes proyectos”. Son el instrumento estratégico para impulsar la nueva transformación industrial de Euskadi, mediante proyectos colaborativos de alto impacto que movilizan inversión público-privada, generan empleo cualificado y fortalecen las capacidades industriales y tecnológicas de Euskadi.

La iniciativa BasquESG es el último de los proyectos transformadores aprobados que recoge el Plan de Industria.

Unas iniciativas que impulsarán la inversión tanto en sectores tractores actuales (componentes de automoción, energía, fabricación avanzada, metalurgia y movilidad sostenible) como en aquellos con potencial tractor a futuro (aeroespacial, biosanitario, soluciones digitales avanzadas, redes inteligentes y almacenamiento, combustibles renovables). Estos proyectos sustentan la inversión en I+D+i, digitalización y nuevas infraestructuras energéticas. Entre las 15 prioridades estratégicas destacan el arraigo empresarial, la atracción de inversión extranjera, desarrollar nuevo talento, atraer a mujeres a la industria, la descarbonización, incrementar el tamaño de las pymes e impulsar la adopción de la IA.
Pero para poder echar a andar deben cumplir una serie de requisitos. Así, por ejemplo, cada proyecto se tiene que caracterizar por un alto impacto en la cadena de valor objetivo, por un alto contenido tecnológico y una gobernanza colaborativa que garantiza su impacto real sobre la economía productiva. Otro de los criterios que resulta clave para su elegibilidad es que dichos proyectos tienen que estar alineados con los sectores Irabazi y Hazi, deben tener un alto contenido tecnológico, contar con la colaboración de los centros tecnológicos, una inversión privada mínima de 20 millones de euros y la participación activa de la cadena de valor sectorial con el apoyo de los clústeres.
A cierre de la edición de la Guía de la Innovación del País Vasco, entre los proyectos transformadores ya aprobados se encuentran, entre otros, la creación de un Polo de Excelencia para el desarrollo y testeo de soluciones robóticas de última generación aplicadas a la fabricación avanzada; Grid4Industry, para el desarrollo de la red eléctrica del futuro de Euskadi para dar respuesta a las necesidades de capacidad de potencia industriales y que favorezca la innovación y desarrollo tecnológico de la cadena de valor del valle eléctrico que existe en Euskadi, un centro Polo de Excelencia para el desarrollo tecnológico industrial del hidrógeno verde y los combustibles renovables, y el desarrollo del proyecto Euskorpus para crear una industria de la inteligencia artificial en Euskadi enfocada en el lenguaje y con un foco en el euskera.

▶ El capítulo de ‘mejor industria’ del Plan de Industria recoge la ambición tecnológica de la política industrial, que se va a materializar en los proyectos transformadores ◀

El más reciente ha sido la iniciativa BasquESG, concebida para crear un sistema de reporte y evaluación de sostenibilidad propio, específicamente adaptado a la realidad de las pymes vascas. BasquESG facilitará a las pymes vascas cumplir con los requisitos de los reportes de sostenibilidad y acceder a nuevas oportunidades de negocio, impulsando su competitividad. Con BasquESG, Euskadi se consolida como territorio referente en Europa en la implantación de estándares ESG, gracias a una colaboración público-privada ejemplar. A través de este instrumento, las grandes empresas vascas participantes serán quienes traccionen a sus empresas proveedoras, fundamentalmente pymes. A ellas se suman también las dos principales entidades financieras vascas, cuyo rol será el de movilizar el capital hacia aquellas empresas que cumplan con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (criterios de ESG), incentivando así la sostenibilidad en la economía.
No obstante, el Gobierno vasco, de la mano del Grupo SPRI, sigue teniendo abierta la puerta a nuevas propuestas. Por ello, aquellas empresas que tengan proyectos interesantes, están a tiempo de presentar su candidatura.

Euskadi Eraldatuz 2030, la tercera pieza del puzle

Alineado con el Plan Industrial y el PCTI 2030, la finalidad de Euskadi Eraldatuz 2030 es activar las capacidades financieras del país para avanzar en la transformación económica de Euskadi. Bajo este prisma, el objetivo de esta iniciativa es triple: acompañar operaciones de arraigo empresarial en Euskadi; aprovechar oportunidades de crecimiento empresarial, a través de operaciones de inversión, ampliación o adquisición; y crear instrumentos y vehículos mixtos para la atracción de capital exterior e impulso a proyectos estratégicos o emergentes. Para lograrlo, cuenta con los 1.000 millones de euros de la alianza financiera vasca, canalizados a través de cuatro vehículos: el propio IVF (dotado con 150 millones de euros), Finkatuz (350 millones), fondo Indartuz de nueva creación para inversiones directas e indirectas en proyectos transformadores (400 millones) y fondos de capital riesgo (100 millones).

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