Pese a la incertidumbre del momento, motivada principalmente por la situación geopolítica, la  economía vasca crecerá un 1,4% en 2024, al igual que Navarra, debido a la fortaleza del empleo, que prevé un aumento del empleo del 1,1%, del mantenimiento del consumo, y de la mejoría del sector industrial, según las estimaciones dadas a conocer por el director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, y el director de Desarrollo de Negocio de la entidad, Ibon Urgoiti en la presentación del Estudio de Perspectivas Económicas 2024.
A tenor de los datos al cierre de 2023, los analistas de Laboral Kutxa consideran que tanto Euskadi, Navarra como el conjunto del Estado, donde se espera un crecimiento del 1,5%, muestran una “leve mejoría” respecto a las previsiones previas y, según Madariaga, “hay señales positivas que hacen pensar en un cambio de tendencia”.
En cuanto al crecimiento del PIB de 2023, será del 1,7% tanto en el País Vasco como en la comunidad foral de Navarra y un 2,4% en España. Esta diferencia, la argumentan desde Laboral Kutxa, en la distinta estructura sectorial de la economía española, con un mayor peso del sector servicios frente al industrial, que además de ser el protagonista en la economía vasca y navarra, viene sufriendo una gran debilidad desde 2022. No obstante, según Madariaga, esta situación se prevé que cambie y que la industria comience a experimentar una mejoría.
Para los responsables de Laboral Kutxa, una de las claves de la economía va a estar en el mercado laboral, que marcará la evolución de los tipos de interés en el sentido de que si se “deteriora significativamente”, algo que, en principio, no prevén, se podría dar una bajada de tipos en el primer trimestre del año y, si no se da ese deterioro, ese descenso se podría retrasar hasta la segunda mitad del año. 
Para Euskadi, la entidad estima un aumento del empleo del 1,1% en 2024 y cerrar en 2023 con un crecimiento del 1,4%.
Asimismo, han apuntado que las cifras de inflación han ido “cediendo”, aunque “aún alejadas” del “2,2% deseado” por los bancos centrales, cuya “escalada de tipos” consideran que se puede dar “por finalizada”.
En cuanto a la zona euro, consideran que un “claro estancamiento” del crecimiento, que se encuentra “a puertas de una recesión”, aunque de producirse, “sería leve”, frente a un “comportamiento más sólido” en EEUU.