La Inteligencia Artificial está poniendo el mundo de la ciberseguridad patas arribas. Su llegada y auge ha supuesto un salto tecnológico extraordinario en múltiples sectores y, por supuesto, la ciberseguridad no es una excepción. La integración de la IA en este campo ha transformado la forma en que se detectan, previenen y responden las ingentes amenazas cibernéticas que sufren las empresas de forma continua. Ahora somos capaces de detectar las amenazas de manera proactiva, porque esta herramienta nos otorga la posibilidad de analizar grandes volúmenes de datos a tiempo real. Esto nos permite, por tanto, dar una respuesta más rápida, efectiva y automatizada.

Sin embargo, en los tiempos que corren, todo salto tecnológico conlleva también una serie de peligros; es un arma de doble filo. Y es que, en la actualidad, para ser un ciberdelincuente no hace falta ser un experto informático: la IA está siendo utilizada por malhechores para desarrollar ataques más sofisticados y eficaces, que se envían de forma masiva, lo que aumenta las posibilidades de caer en la trampa. Ahora es más difícil diferenciar un correo bueno de uno que pueda destrozarte el negocio y en esto influye mucho que el lenguaje empleado es cada vez más certero: antes era bastante sencillo que una empresa detectara un ‘malware’ escrito en euskera, porque la calidad era pobre, pero ahora es prácticamente indetectable. Por tanto, esos mensajes enviados por ciberdelincuentes que intentan hacer algo que no haríamos están cada vez mejor hechos y son más difíciles de descubrir.

Esto, sin duda, es un gran problema para la industria vasca y guipuzcoana, que debe ser consciente de la importancia de invertir en ciberseguridad, convertida en una indiscutible variable de competitividad. Los datos en este sentido son contundentes: el 60% de las pymes que han sufrido un ciberataque tienen riesgo de cerrar en los doce meses posteriores al incidente. Invertir en ciberseguridad no es fácil tanto por falta de recursos y porque se requieren cantidades importantes, como por desconocimiento, por no saber dónde invertir y cómo.

Por ello, precisamente, se creó ZIUR, para acompañar a las empresas guipuzcoanas en el ámbito de la ciberseguridad, para aumentar su concienciación y también la formación en este área; para ser su aliado en este difícil camino, en definitiva, para protegerles. Acabamos de cumplir 5 años y en este tiempo el mundo tecnológico se ha transformado. La IA nos está obligando a dar también un nuevo salto, a mejorar nuestros protocolos y nuestro apoyo a las empresas del territorio para que continúen siendo competitivas en el mundo global. Sin olvidar que, aunque ha llegado para quedarse, la implementación de esta tecnología a nivel empresarial debe alinearse con nuestras capacidades para que sean realistas y eficaces. Para aterrizar unas expectativas algo sobredimensionadas en este ámbito en los últimos meses, orientar bien las inversiones y, sin quedarnos fuera de la carrera por la IA, no desfondarnos por el camino.

Como proyecto estratégico de la Diputación Foral de Gipuzkoa debemos seguir en este sendero, demostrando y aumentando la capacidad que tiene el territorio para protegerse contra ataques emergentes. Estos cinco años nos avalan y hemos logrado que las empresas nos muestren su confianza. En este tiempo, desde este centro al servicio de la industria guipuzcoana hemos ofrecido talleres de ciberseguridad a los que han asistido 300 personas, hemos celebrado más de 50 sesiones con Agencias de Desarrollo Local y asociaciones empresariales en las que han participado más de 700 personas, hemos realizado 22 proyectos con 115 empresas y hemos asesorado a alrededor de 140 pymes desde nuestro departamento técnico.

Y esto es solo el comienzo. Sabemos que el desafío tecnológico y digital es extraordinario, pero es, a su vez, un reto apasionante. Continuaremos, por tanto, siendo un agente de referencia en el ámbito de la ciberseguridad, protegiendo a nuestro tejido industrial y haciendo de Gipuzkoa un territorio ciberseguro.