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Analizar el entorno y optimizar las posibilidades de negocio, detectando señales de cambio, analizando tendencias, reacciones, estrategias de la competencia, nuevas amenazas, oportunidades, etc., de manera que el escenario competitivo esté siempre actualizado es una actividad común a la mayoría de las empresas que, sin embargo, la practican de manera informal y pocas veces alineada con la estrategia del negocio. Y en cambio, lo que se ha venido en denominar ‘inteligencia competitiva’ es, según un estudio de la UPV-EHU, una clave de competitividad que ayuda a triunfar en el mercado y a innovar como empresa.
En esta investigación, “hemos estudiado cómo las empresas del sector industrial del País Vasco –pymes y micropymes– implantan modelos o sistemas propios de inteligencia competitiva para afrontar los retos y dificultades provenientes del entorno”, señala Juan Carlos Aldasoro, doctor en Sociología por la UPV/EHU.
Se ha contactado, a tal fin, con empresas que fueron beneficiarias de ayudas a actividades de innovación en el País Vasco entre 2008 y 2011, para conocer con qué objetivos llevan a cabo las actividades de inteligencia competitiva, qué beneficios obtienen, qué información buscan en el entorno, los medios que utilizan para obtenerla, así como qué técnicas aplican para analizar y gestionar dicha información para obtener información inteligente (aquella que responde a las necesidades de las tácticas o estrategia de la organización).
También se ha estudiado si dichas actividades están dirigidas por la dirección de la empresa o si se ha implantado algún procedimiento, así como el método de evaluación utilizado para valorar la eficacia de las actividades de inteligencia implantadas.

Proyección internacional
De las respuestas se desprende que existe “una tendencia creciente la implantación de sistemas de inteligencia competitiva”, indica Aldasoro, que las empresas valoran como fórmula para estar al corriente de las tendencias en el sector industrial, poder desarrollar nuevos productos y apoyar el proceso de planificación estratégica. No obstante, solo un cuarta parte de las empresas ha implantado procedimientos formales para este tipo de actividades. El resto lo hace de manera no planificada.
“La gran mayoría de las empresas encuestadas opina que los sistemas de inteligencia competitiva contribuyen a mejorar la posición competitiva de la empresa y que han permitido la entrada a nuevos mercados”, subraya Aldasoro. Y es que la inteligencia competitiva no está vinculada ni a sectores ni a tipos de actividad concretos, pero encuentra mayor y mejor acomodo en aquellas empresas que están internacionalizadas que en aquellas cuyo mercado es local o nacional.