Este es un año muy importante para la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque. Cerraremos el Plan Estratégico 2021-24 y lo haremos con la constatación de que, pese a que aún haya mucho por hacer, la I+D+i vasca está ya asentada como garante de la competitividad de nuestras organizaciones. Esta constatación nos ha llegado, por un lado, con el reconocimiento por parte de la Comisión Europea de Euskadi como una región de alta innovación, como un polo de excelencia en un entorno de innovación moderada, y, por otra parte, a través de nuestro último ‘Informe Innobasque de Innovación’, que evidencia que la inversión en I+D+i en el País Vasco alcanzó en 2021 la cifra récord de 1.647 millones y 1.795 millones de euros en 2022, y muestra además indicios que permiten esperar que el crecimiento que vemos desde 2016 se prolongará, al menos, durante los dos próximos ejercicios. 
Tras esta tendencia alcista hay una sociedad dinámica y comprometida con la sostenibilidad de su bienestar y que entiende la innovación como la única estrategia útil, o al menos una de las principales, en todos los futuros. Sí, en plural, porque ya no hay un camino único, predecible y ‘planeable’. Pandemias, guerras, revoluciones tecnológicas… Avanzamos a golpe de crisis que no esperan a que nos hayamos adaptado a la anterior, sino que se solapan para hacer aún más imprevisibles los caminos que deberemos tomar o abandonar.  
Sin embargo, en Innobasque tenemos indicadores que muestran que las organizaciones vascas estamos afrontando la incertidumbre dotándonos de los recursos adecuados. Indicadores que ejemplifican la aportación de la Agencia y todas sus entidades socias a esa cifra récord de inversión y, sobre todo, que la acercan al día a día de nuestras empresas. Sólo por destacar alguno, dejen que subraye que desde 2021 se ha elevado en un 67,8% el número de pymes de sectores avanzados que han sido asesoradas en innovación o han desarrollado alguna iniciativa innovadora. Hemos movilizado 881 pymes, un 34% de las cuales ha acudido a nosotros en más de una ocasión. En este apartado me parece relevante destacar dos iniciativas de las que estamos especialmente orgullosos por el calado que ya tienen. En primer lugar, Hazinnova, programa impulsado por el Departamento de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, SPRI e Innobasque que ayuda a las pymes a poner en marcha pequeños proyectos innovadores y en el que en 2023, su quinto año de vida, participaron 367 pymes con unos 516 proyectos. En segundo lugar, nuestra oferta formativa gratuita que se fortalece semestre a semestre y ya se ajusta tanto a las necesidades de las empresas que empiezan a innovar como a las de nuestras entidades socias pasando, por supuesto, por las de las empresas que quieren internacionalizar su I+D+i y aprenden gracias a nuestra red de expertos y colaboradores cómo aprovechar el programa Horizonte Europa. De hecho, aunque no todas han pasado por esta formación, ya son 381 las organizaciones que de nuestra mano han participado en actividades relacionadas con el incremento de la presencia de innovación vasca a nivel internacional. Finalmente, voy a destacar otro dato, uno muy esperanzador porque hace referencia directa a nuestra cantera. Ya hay 400 centros de enseñanza que han implantado alguna actividad para fomentar la educación STEAM entre su alumnado. Eso implica a más de 22.000 estudiantes más que comienzan a familiarizarse con la innovación. 
Este año toca pues hacer balance; toca evaluar avances y deficiencias para incorporar aprendizajes que nos permitan seguir aportando la certidumbre de la innovación a cualquier futuro.