Euskadi presume de una sanidad pública de alto nivel, pero también dispone de una red de hospitales, centros y clínicas privadas que ofrecen una atención sanitaria excelente y que presta un eficaz apoyo a los servicios ofrecidos por Osakidetza.
En la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), la sanidad privada representa el 33,3% del gasto total sanitario, según datos recogidos en el informe ‘Sanidad privada, aportando valor. Análisis de situación 2019’, elaborado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS). Los datos de dicho estudio cobran este año mayor relevancia por la emergencia sanitaria provocada por el covid-19, en la que hospitales y centros privados han estado también en la primera línea de combate contra el coronavirus. El 27 de marzo, el Gobierno vasco amplió a la sanidad privada la suspensión de la actividad sanitaria no urgente con el objetivo de reducir los riesgos de contagio por coronavirus y de concentrar todos los recursos en la lucha contra la pandemia.

Centros punteros
La sanidad privada cuenta con 21 hospitales en el País Vasco, la mitad de los existentes, y más de 2.200 camas, el 28% de las plazas disponibles. Además, gracias a sus más de 3.500 profesionales empleados en el ámbito hospitalario, y más de 10.000 en el extrahospitalario, lleva a cabo, por ejemplo, el 21% de las intervenciones quirúrgicas.
Según el estudio de Fundación IDIS, la tecnología de última generación es un aspecto clave para este sector y tiene una alta valoración por parte de las personas usuarias, ya que cuenta con el 53% de los equipos de resonancia magnética, el 49% de los PET (Tomografía por emisión de positrones) y el 36% de los TAC (Tomografía Axial Computerizada). En 2019, cerca de medio millón de personas disponían de un seguro privado de salud en entidades radicadas en Euskadi. El sector está liderado por los grupos IMQ y Quirónsalud.