La Diputación de Gipuzkoa destinará este año un millón de euros a la internacionalización de las empresas del territorio, que canalizará a través de tres líneas de apoyo a la venta o lanzamiento de nuevo producto, las implantaciones en el exterior y las iniciativas de carácter grupal.

La dotación presupuestaria pone una vez más el foco en la pyme y la pequeña empresa guipuzcoana, en una apuesta internacionalizadora que según explicó el diputado foral de Promoción Económica, Jabier Larrañaga, conlleva mirar a “largo plazo”, porque “los resultados no son inmediatos”, que debe ir acompañada de “una aceleración del proceso de digitalización en el que estamos inmersos”, y centrar “gran parte de los esfuerzos en la industria y en las pymes, que generan casi la mitad del empleo de la industria del territorio”.
La convocatoria de ayudas 2022 contempla una primera línea, dotada con 550.000 euros, para apoyar exclusivamente a la pyme en el lanzamiento internacional de nuevos productos. Son subvencionables los trabajos y servicios contratados externamente en las acciones de lanzamiento exterior del nuevo producto, tales como consultoría, asesoramiento y formación en materia de internacionalización, marketing y comercialización, o solicitudes de patentes, registro de marca, y nombres comerciales.

La segunda línea, con 300.000 euros, apoya la creación, ampliación o adquisición de filiales, con una ayuda máxima de 100.000 euros. Los países objetivo son aquellos no pertenecientes a la UE o con fecha de entrada posterior a 2004. La tercera línea es la principal novedad respecto a convocatorias anteriores. Con un montante de 150.000 euros, facilitará la internacionalización de pequeñas empresas, impulsando acciones de carácter grupal, promovidas por entidades, de la cadena de valor como los clústeres.
En 2021 la Diputación apoyó el lanzamiento internacional de nuevos productos por parte de 33 empresas, y un proyecto de implantación exterior, incrementando en dos el número total de proyectos impulsados respecto a 2020. Las iniciativas se dirigieron en su mayoría a los países de máxima prioridad: EE.UU. (13), Alemania (11), México (9) y China (2). Destacó por su diversidad el perfil de las empresas apoyadas, desde industriales, como Lazpiur, Ulma, Talleres Saspi, Talleres Myl o Cometel; de TIC, como Alcad, Zitu o Dinycon; de biociencias/salud, como Irisbond, ViveBiotech, Iline Microsystems o NGS Health; o de ámbitos como el mueble, alimentación o industrias creativas, con un nivel tecnológico medio/alto.