Millones de personas, la mayoría con un alto poder adquisitivo, viajan cada año para recibir tratamientos de salud, bienestar, prevención, diagnóstico, rehabilitación, etc. En este sentido, España está muy bien posicionada al tener un servicio de salud de alta calidad, reconocido a nivel mundial y muy competitivo. Además, los países del entorno se encuentran entre los mayores exportadores de turismo de salud. Según datos del sector, un turista de salud gasta entre seis y 10 veces más que uno convencional.
Por esta razón, Fitur ha estrenado en su edición de 2015 el espacio Fitur Salud, organizado en colaboración con el clúster Spaincares, en el que ha ofrecido más de 400 metros cuadrados destinados al turismo de salud, con unos 15 expositores especializados y el patrocinio del grupo IDC Salud-Quirón.
El espacio ha dado respuesta a un segmento de turismo que cuenta con un potencial de crecimiento anual del 20% y una previsión de facturación en España de 277 millones de euros en 2015, cifra que ascenderá a 600 millones en 2019, según datos del sector.

La pujanza del turismo de salud es tal que cuenta con importantes nichos de desarrollo relacionados con hospitales y centros de salud homologados, balnearios, facilitadores, aseguradoras médicas, destinos de turismo de salud, agencias de viajes y turoperadores especializados, empresas de servicios complementarios, asociadas al clúster de salud, asociaciones y publicaciones, etc. Por ello, se ha aprobado una norma de calidad de Turismo de Salud que recoge los requisitos que deben reunir los centros sanitarios a la hora de acoger usuarios para someterse a intervenciones o tratamientos médicos en España.