Cualquier empresa que opera a nivel internacional sabe que antes de ampliar sus servicios a un nuevo país debe estudiar muy de cerca sus factores políticos, económicos y culturales para, de esta modo, aprovechar fortalezas al máximo, minimizar riesgos y lanzarse con garantías a la conquista del nuevo mercado.
Tradicionalmente las empresas españolas han buscado mercados maduros en Europa y EE.UU., pero la tendencia global ha cambiado, afirman desde Afex, compañía especializada en servicios de pago globales. “La ventaja competitiva es mayor en los países emergentes de Asia y Latinoamérica cuyos mercados no están tan consolidados y donde la oportunidad de tener éxito aumenta”, afirman. Aun así, la estrategia de expansión requiere un estudio minucioso de los países de destino, que a menudo presentan cierta inestabilidad, por lo que Afex recomienda llevar al país de destino una propuesta atractiva; entablar contactos y crear una estrategia interna que ayude a eliminar barreras culturales; conocer las leyes vigentes para el ámbito empresarial y asegurar su cumplimiento; planificar el plan de gestión fiscal; encontrar mano de obra y medios técnicos adecuados en el país de destino; y prestar atención a los riesgos empresariales y de divisa, derivados del sistema monetario de cada país.