Euskadi es tierra de montañeros (mendizales) y de empresarios, tierra de superación, sacrificios y desafíos. Emprendemos ahora una nueva vía hacia la innovación y la transición energética, la del hidrógeno verde. La Asociación del Corredor Vasco del Hidrógeno, BH2C, somos una expedición formada por toda la cadena de valor vasca, 80 empresas y centros tecnológicos, universidades, administraciones… alineados con el mismo objetivo: descarbonizar la industria vasca, creando un ecosistema que aproveche el desarrollo de la economía del hidrógeno para lograr un impulso sostenible industrial y tecnológico en Euskadi. 

Estamos ante el desafío energético más importante de la década. Tenemos un ecosistema privilegiado para liderarlo: el hidrógeno verde como vector energético, una posición geográfica estratégica, con un puerto industrial e infraestructuras gasísticas ya consolidadas, empresas tractoras y un tejido industrial fuerte, y un eje clave, la tecnología que lo posibilita. Tenemos experiencia y el mejor material para ascender. Tenemos el equipo perfecto, con las personas capaces de llevarlo a cabo. 

La subida es dura, pero somos un país que aprende haciendo. Tras la puesta en marcha del EIC (Energy Intelligence Center), como un motor imprescindible para articular un ecosistema tecnológico-industrial orientado a los nuevos combustibles y desarrollos; hemos puesto en marcha la primera planta mundial de fabricación de membranas de aleación de paladio para obtener hidrógeno a partir del amoniaco o metanol a través de la empresa H2Site; hemos inaugurado el H2Sarea de Nortegás, que impulsa la inyección del hidrógeno verde en la red actual de gas natural; Irizar ha fabricado su primer prototipo de autobús de hidrógeno y en el EIC, Petronor ya ha puesto en marcha el primer electrolizador en Euskadi, de 2,5 megavatios (MW). Pero necesitamos el entorno legislativo y económico que nos aporte empuje y confianza para seguir desarrollando tecnología y abaratar los costes de producción.

“Estoy convencido de que en 2030 alcanzaremos la cima, donde tendremos ya un hidrógeno renovable más extendido y accesible”

Si seguimos la senda correcta, apoyada por todos y la expedición continua sin fisuras, lograremos hacer cumbre. Porque llevamos en nuestra mochila de la innovación del hidrógeno verde tres elementos imprescindibles: el compromiso con la descarbonización, la apuesta por los recursos propios y la accesibilidad del hidrógeno, para generar nuevas expediciones.

El compromiso con la descarbonización es el primero y más importante, ya que debemos impulsarla en nuestra sociedad tanto en los procesos industriales como de movilidad, como modo de supervivencia y de competitividad. 
El segundo es garantizar energía sostenible y generada con nuestros propios recursos. Porque si algo hemos aprendido en los dos últimos años es que la dependencia energética es una debilidad en cualquier economía. Necesitamos la seguridad de que no nos falte el suministro, debemos reducir la dependencia de terceros. 

Y el tercero, el suministro, la accesibilidad y sostenibilidad de la misma. Y para ello hay que impulsar nuevos sectores de actividad y consolidar los ya existentes ofreciéndoles soluciones de descarbonización y energía kilómetro cero. Tal y como ocurrió con la industria eólica, donde se aprovechó su boom para generar una industria a su alrededor que hizo que el esfuerzo mereciese la pena.

Estoy convencido de que en 2030 alcanzaremos la cima, donde tendremos ya un hidrógeno renovable más extendido, accesible, y donde Euskadi, tanto sus empresas como sus montañas, serán por tanto un poco más verdes.