Bajo el título ‘Bioeconomía en Euskadi: retos y oportunidades’, el Kursaal donostiarra ha acogido una jornada en la que el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno vasco presentó la producción de recursos biológicos renovables y su conversión en productos de valor añadido como un objetivo para los próximos años en Euskadi.
La consejera Arantxa Tapia inauguró el evento, haciendo hincapié en los retos a los que se enfrenta Euskadi, como los demográficos y económicos o el cambio climático. “Y la bioeconomía forestal ofrece una oportunidad para dar respuesta a estos retos. Tenemos que seguir buscando alternativas a lo que hoy se hace con derivados del petróleo, con el cemento o el acero”.

Según Tapia, “la cadena de valor forestal-madera del futuro tendrá que aportar soluciones para los sectores económicos punteros como la automoción, la aeronáutica, la química verde, la construcción o la salud”.
La transición hacia la bioeconomía en países como Finlandia o Alemania es ya una realidad. En Europa emplea a más de 18,6 millones de personas y supone un 13% del PIB. Tapia recordó que Euskadi cuenta con los elementos necesarios para acometer con garantías esa transición: “El 55% de nuestra superficie está arbolada, el sector forestal representa el 1,53% del PIB de Euskadi y da trabajo a casi 20.000 personas. Tenemos la capacidad de movilizar y transformar esa madera, solo nos falta generar un nuevo portafolio de productos”.
La jornada sirvió de punto de encuentro para empresas de la cadena de valor forestal-madera, de la química verde, centros tecnológicos diversos, universidades y clústeres.