El otoño llega en clave de fusiones en el ámbito de las entidades financieras. A la absorción ya autorizada por la CNMV de Bankoa por parte de la gallega Abanca, cuya firma se verificará a lo largo de este mes de septiembre, se podrían sumar en los próximos meses otras operaciones de envergadura como la anunciada por CaixaBank y Bankia, si bien hay otras muchas opciones en el aire, como la que apunta a BBVA con Banco Sabadell, en un entorno que presiona hacia la concentración.
Tras el acuerdo preliminar alcanzado a finales de julio, está previsto que Abanca y Bankoa firmen “a mediados de septiembre” el documento definitivo por el cual la entidad gallega absorberá el banco industrial vasco, dando inicio a un proceso que culminará en el primer semestre de 2021. Con la compra, Abanca aumentará en 4.374 millones su volumen de negocio hasta situarlo por encima de los 93.000 millones de euros, consolidándose como la séptima entidad española por activos, con más de 65.000 millones, y multiplicando por siete su presencia en el País Vasco, donde en la actualidad cuenta con cinco oficinas.

También CaixaBank verá sustancialmente reforzada su posición en el mercado financiero estatal, hasta colocarse en el primer lugar del ranking, de llegar a buen puerto las negociaciones para una posible fusión con Bankia. La operación, de la que se ha informado a la CNMV, daría origen a una entidad con activos por valor de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia), lo que propiciaría significativas sinergias.
Más allá de estas operaciones, en mayor o menor grado de avance, hay expertos que ya anuncian otros movimientos, un cortejo en el que BBVA y Santander podrían estar mirando al Sabadell, Ibercaja, Unicaja, Bankinter e incluso, Kutxabank.