La planta de Zabalgarbi impulsa la economía circular y está comprometida con el desarrollo económico, cultural y social de Bizkaia. Por ello, junto a su contribución ambiental, habiendo tratado tres millones de toneladas de residuos no reciclables y generado 7.000 millones de kilowatios, apoya diferentes iniciativas culturales, formativas, deportivas y de fomento del empleo.

La planta de Zabalgarbi lleva desde el 22 de junio de 2005 transformando residuos no reciclables, que de otra forma acabarían en el vertedero, en energía, de una manera segura, eficiente y fiable, siendo un ejemplo de lo que ahora se denomina economía circular. Nació con un firme compromiso y dedicación por ser parte activa de una Bizkaia más moderna, más limpia, más ecológica, más comprometida con la sociedad. En resumen, en favor de una Bizkaia sostenible, meta que paso a paso va consiguiendo.
En este sentido, su ‘desideratum’ tiene varios puntos clave: la apuesta por ser un agente fundamental en la economía circular, contribuyendo a la solución integral en el tratamiento de los residuos; la aplicación de las tecnologías más innovadoras de valorización energética; el trabajo en la gestión excelente, basada en la transparencia, la integridad, el respeto, la responsabilidad, la colaboración, el desarrollo profesional, la seguridad y sobre todo, con un compromiso inquebrantable con el entorno: y todo ello, velando por la salud de las personas y la calidad del medio ambiente, sin olvidarse de la creación de valor para el accionista (Sener, FCC, Kutxabank, Diputación de Bizkaia, EVE y Mancomunidad de Municipios de la Margen Izquierda y Zona Minera).

En Europa, los residuos ya no son un desperdicio, sino un recurso y en Bizkaia, también. En Europa, se valorizan energéticamente el 27% de los residuos, ahorrando más de 40 millones de toneladas de combustible fósil. Y Bizkaia también está en esas cifras. Desde su entrada en funcionamiento, Zabalgarbi logra cada año transformar 225.000 toneladas de residuos no reciclables en energía suficiente para abastecer al 30% de los hogares vizcaínos, un proceso que lleva a cabo con la máxima exigencia medioambiental.
Produce cada año la electricidad equivalente al consumo de Metro Bilbao durante siete años, utilizando desechos no reciclables que, de otra forma, acabarían su vida útil en vertedero y que hubiesen generado un 175% más de emisiones de gases de efecto invernadero.

En 2018 ha alcanzado las tres millones de toneladas tratadas durante estos casi 13 años, equivalentes a llenar seis veces el estadio de San Mamés. En total, desde 2005, ha generado y exportado 6,32 millones de MWh a la red. A finales de 2017, alcanzó la producción de casi 7.000 millones de kilowatios.
La economía circular guía la política corporativa de una entidad caracterizada por altos estándares de eficiencia y que logra impregnar de valor a lo aparentemente inservible. La valorización energética de los residuos no reciclables “es la verdadera energía de la economía circular”, como suele afirmar Mikel Huizi, director general de Zabalgarbi. A nivel económico, Zabalgarbi genera anualmente unos ingresos de 58 millones de euros y paga unos impuestos por un montante que, en 2017, alcanzó los ocho millones de euros. Además, un tercio de las compras de gastos de explotación, aproximadamente unos 3,5 millones de euros cada año, son invertidos en empresas de Bizkaia.
Transparencia y personas
Pero la estrategia de Zabalgarbi va más allá de la protección ambiental, ya que su preocupación también se centra en impulsar un modelo de desarrollo que aglutine, de forma equilibrada y armónica, el cuidado del entorno, el crecimiento económico, la cohesión social y la promoción cultural.

Así, Mikel Huizi asegura que “estamos comprometidos con el buen gobierno y la transparencia. Nuestro compromiso se basa en el respeto y la integridad en la gestión. Por ello nuestro Código Ético y nuestro Código de Conducta son reflejo de nuestra apuesta social. Unas herramientas fundamentales que nos otorgan seguridad y confianza en el buen hacer de la compañía. Que refuerzan nuestra vocación de servicio público. Un paso más en el compromiso con las administraciones públicas y con nuestros clientes, por ofrecer un servicio de calidad e innovación”.
Y junto a este punto, las personas son otra de las claves de la organización. Zabalgarbi cuenta con una plantilla de 70 personas y genera, de forma indirecta, otros 98 puestos de trabajo más. Solamente en el mes de parada de mantenimiento que realiza cada año, emplea a un total de 620 personas y acumula un gasto de 3,6 millones de euros. Un equipo permanentemente formado que trabaja por garantizar la alta eficiencia de la instalación, su innovación y su seguridad.
Y es que Zabalagarbi ha sido la primera planta de valorización energética de Europa que ha recibido la calificación HPR (Highly Protected Risk), un reconocimiento de la mutua norteamericana Factory Mutual Global, que ensalza la mitigación y minimización de los riesgos inherentes a la industria, poniendo en valor la gestión excelente que, en este ámbito, lleva a cabo la planta vasca.
Una certificación que se suma al reconocimiento que cada año les hace Mutualia, por la contribución a la reducción de la siniestralidad laboral.
Comprometidos con el entorno
“Y de la misma forma que creemos en los hombres y mujeres que componen Zabalgarbi, estamos comprometidos y creemos en nuestro entorno –apunta Huizi-. De lo global a lo cercano y de lo próximo a lo global”. A nivel local, como toda industria, trabaja por la minimización de cualquier impacto. Algo que es avalado por los datos obtenidos a través de la vigilancia de la calidad ambiental.

Este compromiso con el entorno se materializa en diferentes iniciativas sociales. “Y ahí la Comarca siempre podrá contar con nosotros –añade-. Porque queremos crear valor para todos nuestros grupos de interés, apostando por una sociedad y economía más sostenible, productiva e integradora. Una sociedad, la vizcaína, a la que nos dirigimos permanentemente a través de una comunicación transparente. En positivo. En contacto directo con todo tipo de instituciones, asociaciones y grupos de interés”.
Cada año Zabalgarbi destina importantes partidas del presupuesto para impulsar el desarrollo económico, cultural y social del entorno, con el apoyo a diferentes iniciativas deportivas, culturales y sociales. En esta línea, el pasado 29 de noviembre firmó un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Alonsotegi, para la promoción económica y social, equipamientos culturales, deporte y tiempo libre del municipio.
Asimismo, considera como base fundamental a los alumnos y alumnas universitarias, de postgrado o de Formación Profesional. Cada año recibe a más de 500 estudiantes de la UPV-EHU, de la Universidad de Deusto, de Lanbide y de Institutos de Formación Profesional como el Fondo Formación Euskadi.
Como refrendo a esta exitosa trayectoria, Zabalgarbi, a través de la Asociación de Empresas de Valorización Energética (Aeversu), ha sido designada por la Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética (Cewep), que representa a 456 plantas, para acoger el próximo congreso que esta organización celebrará en Bilbao en el mes de septiembre. En esta cita internacional participarán más de 200 profesionales y expertos europeos en la gestión sostenible de los residuos, además de representantes de la Comisión Europea.