El empleo de las personas con discapacidad en los centros integrados en Ehlabe, la Asociación de Centros de Empleo Especial de Iniciativa Social de Euskadi, se mantiene a pesar de la crisis social y económica derivada de la pandemia. El año pasado, estos centros dieron trabajo a un total de 8.153 personas con discapacidad, apenas 79 menos que las empleadas en 2020. En su mayoría (59%), con mayores necesidades de apoyo; de ellas, el 30% tiene una discapacidad intelectual y un 25%, enfermedad mental.
Ehlabe mejoró también las cifras de personas trabajadoras con discapacidad que se integran en el mercado de trabajo ordinario, fuera de los centros especiales de empleo, otro de los grandes objetivos de la Asociación. Así, 221 personas se integraron en el empleo ordinario, 11 más que el año anterior, el 84,1% con mayor necesidad de apoyo.

En la presentación del balance anual, tanto la vicelehendakari, Idoia Mendia, como el presidente de Ehlabe, Asier Vitoria, constataron el esfuerzo y la necesaria colaboración público-privada para mantener los puestos de trabajo del colectivo y preservar y proteger la salud de las personas trabajadoras, gracias a lo cual Euskadi cuenta con el índice de paro de personas con discapacidad más bajo del Estado, según datos de 2022: el 16,5%, frente al 23,9% de la media estatal.

Valor social
Este esfuerzo continuado se transforma en un alto valor social integrado que Ehlabe ha monetizado por vez primera a través de la contabilidad social. En concreto, las entidades asociadas generaron el año pasado 8 euros por cada uno recibido de la Administración.
En este estudio de valor social se incluyen los salarios, formación y orientación laboral de las personas con discapacidad, el impacto en la competitividad y el tejido empresarial, el ahorro en pensiones no contributivas, así como en gastos sanitarios o de tiempo de cuidado y conciliación que correspondería a las familias, entre otros conceptos. Las entidades de Ehlabe facturaron en 2021 un total de 303 millones de euros.